tercera parte

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Esa tarde parecía ser como cualquier otra, yendo por su casa sin zapatos y con su gata en brazos, mientras su padre trabajaba en su despacho. Habia tanta paz cuando el idiota de shorter no estaba en casa, nadie con quien pelear, nadie viendo dibujos animados en la sala. Pero toda esa paz tenia que acabar en algún momento, claro está.

Escuchó el timbre de la casa y se extrañó, todos tenían llaves para entrar por si solos, mas de seguro shorter había perdido las suyas. Le quitó importancia y siguió navegando por internet, hasta que escuchó el timbre otra vez, acompañado por un grito de su padre pidiéndole abrir la puerta Claro, como si no tuviera nada que hacer. Bajo las escaleras sin prisa, esperando que hiciera suficiente frío como para que su hermano muriera congelado, por idiota. Estaba listo para reirse en su cara cuando le viera tras la puerta, mas no se encontro con él.

Porque el destino es una perra y el karma se estaba divirtiendo con Eiji Okamura, Ash estaba afuera de su casa, y él andaba de andrajoso. Tipico.

Entre la vergüenza y los nervios, se quedo quieto en su lugar por unos segundos, Ash cayó en su presencia y le sonrió cortés, esperando algo. Eiji recapacitó cuando el silencio entre ambos ya era incómodo y el frío le estaba calando los huesos, con pena miró a Ash antes de sonreir amable, haciendole pasar para cerrar la puerta de una

Una vez junto a la puerta, sintiendo el calor de su hogar. Eiji se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo; tenia al jodido Ash lynx a su lado. y casi no lo podia creer. Pasó sus manos por su cabello en un gesto casi despreocupado, mientras le hablaba con amabilidad.

-¿Buscas a Shorter?

Claro que busca a shorter, pedazo de idiota. no creo que haya ido a ver a tu gata. Quiso hacer callar a su inconsciente antes de sentirse aún más estúpido y avergonzado; ash parecía pensar lo mismo que él, pues asintió con una sonrisa cómica entre sus labios. Eiji se quiso morir, por varias razones.

- Si, me invitó aqui para comenzar con el trabajo.

- Van a hacer un trabajo juntos?

Vaya, las preguntas estúpidas no paran. Ash asintió apenas y eiji se sintió aún más avergonzado, con gesto contraido se movio un poco para llevarle hasta la sala, Ash comprendió enseguida. Mientras caminaba tras él, solo pudo pensar en lo idiota que era. Tenia a Ash lynx frente a él, y se estaba comportando como un puberto. Okay, eiji era un puberto, pero no uno inseguro y timido.

El rubio se ubicó sobre uno de los sofás y eiji no tardó en sentarse a su lado, dejando atrás los nervios, se acomodó con sus piernas arriba y una cercania bastante peculiar. Ni siquiera le dio tiempo de pensar, ya estaba sonriéndole y hablando, buscando el modo de iniciar una conversación menos penosa.

- ¿Compartes muchas clases con shorter? Nunca antes te habia visto con él.

- Compartimos algunas, lo conoci fuera de la escuela, amigos en común. Ahora da la casualidad de que trabajamos juntos.

¿Eso es bueno?-eiji recargó su cabeza sobre su puño, mirando a ash con una semi sonrisa. El rubio se encogio de hombros en un gesto demasiado irresistible para el menor, antes de responder.

- Está bien, shorter trabaja bien.

Casi sin poder evitarlo, soltó una risa burlona. retorciéndose divertido ash le vio con una sonrisa moviéndose sobre sus labios, no entendia el chiste pero con solo ver al chico a su lado reir, le contagiaba. Cuando ya habia silencio entre ambos, eiji  seguía sonriendo mientras Ash le imitaba. Ahora caia en la cuenta de lo que había hecho, y estaba avergonzado y orgulloso: Habia hecho el ridiculo, pero le había sacado una sonrisa a Ash lynx. ¿Dónde estaba su jodido premio? Oh, tal vez el premio mismo era ver a Ash sonreír.

Oh chico ven a miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora