FINAL

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—¿Puedo pasar?—pregunta el pelinegro parado en el marco de la puerta.

—Para eso se supone que la abrí—responde Jimin intentando calmar sus nervios.

—¿Por qué estás usando solo un zapato?—ese zapato perdido fue una buena manera de calmar el ambiente.

—¿Un qué?—rápidamente mira a sus pies y corrobora lo dicho por su mejor amigo—carajo, me olvidé del otro zapato—esto era vergonzoso—pasa de una vez, mientras voy por el.

Jimin sube las escaleras y entra a su habitación. Rápidamente busca su otro zapato abajo de su cama y un par de toques lo desconcentrar.

—Si buscas tu zapato, está allí—señala en dirección al mueble plomo para una persona que se encontraba cerca a la ventana y que Jimin normalmente  utilizaba para leer.

Camina en esa dirección y lo recoge para luego extender su mano con intención de entregárselo.

El castaño intenta tomarlo, pero Jungkook mueve la mano a tiempo—Siéntate, te pondré yo el zapato.

—No soy cenicienta—responde arrebatándoselo—te dije que esperes abajo.

—¿Cuántas veces he venido aquí?¿No te parece extraño dejarme esperando en la sala?

Estaba demasiado nervioso como para ser amable, en verdad quería escapar y enfrentarlo diez años después, tal vez.

—¿Para que viniste?

—¿V...venir? Ah, cierto—por un momento Jungkook olvidó que vino que declararse después de obviar por completo las quinientas declaraciones por Twitter que le hizo Jimin.

venir? Ah, cierto—por un momento Jungkook olvidó que vino que declararse después de obviar por completo las quinientas declaraciones por Twitter que le hizo Jimin

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—Minie yo

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—Minie yo...

—Te dije que no me llamaras Minie—el pez por la boca muere.

—¿Tu cómo sabes eso?¿Recuerdas todo lo que pasó?—esto no se lo esperaba.

—Recuerdo todo, al parecer el café y el zumo de naranja ayudan mucho en estas situaciones— sus mejillas comenzaban a tomar color, de muerto.

Un incómodo silencio inundó la habitación.

Flor de TigreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora