Entre dos mundos

Capitulo 3. El diario y la libélula

Hablar con Lycan le ayudo mucho, la tranquilizo, esa noche durmió poco pero muy bien. Ahora debía sacarse la duda de si su mente le jugaba una mala pasada, tenía que corroborar que la persona en sus pesadillas realmente era su padre. Decidió envíales un correo a los Lestrange Lovegood, necesitaba que le mandaran el diario. Tenía cerca de nueve años cuando lo descubrió y no recordaba nada de lo que allí decía, solo la fotografía, su contenido no le era importante, si sus padres no tenían interés en ella, ella no lo tendría por ellos, aun así nunca pudo deshacerse de él.

A la mañana siguiente les escribió contándoles cómo iba en las clases, solo la parte buena, le pedía el diario y les dejaba saludos. Se vistió con el uniforme y salió hacia la lechucería. Al salir de los dormitorios se encontró con Lycan que estaba concentrado leyendo su correo, se lo quedo viendo. Parecía que no pego el ojo en toda la noche, algo lo alteraba, vestía con el uniforme un poco desalineado, llevaba la túnica pero no la corbata y los primeros botones de su camisa estaban sin abrochar.

—Buenos días Lycan—lo saluda.

Al verla se impacienta y guarda deprecio el trozo de papel que llevaba en su mano.

—Buenos días Nina, ¿Qué haces levantada tan temprano? —sonaba molesto.— Las clases empiezan como en hora y media—intenta sonar más calmado.

—Parece que no soy la única que se cayó de la cama—ríe.—Es que quería hablar a solas contigo—miente todavía no quiere contarle sobre el diario, se le acerca despacio quedando frente a él.

—¿Cómo así? —dice algo nervioso—¿Sobre qué? —da unos pasos hacia atrás deteniéndose al chocarse con el respaldo de un sillón. Ella camina un poco más y sin mirarlo a los ojos comienza a jugar con el primer botón abrochado de su camisa. Él queda confundido y más nervioso, pero estaba vez por la cercanía de Nina.

—Es que desde hace unos días—dice, jugando con el botón, su voz sonaba provocativa—he querido preguntarte algo....—hace una pausa.

Las pulsaciones de Lycan comienzan a aumentar acerca su rostro hacia ella, desea que lo mire a los ojos, pero si lo hace, en ese momento, —"¿Qué haría él?"—se preguntaba—"en que estaba pensando, conocía su situación y lo que tenía que hacer con ella. Acababa de recibir sus siguientes instrucciones". "Debes hacer que regrese a París. Obligarla de ser necesario" —recuerda la nota que estaba leyendo antes de que llegara ella.

Nina levanta la vista y lo queda mirando, estaban muy cerca, continua diciendo en un susurro—¿Dónde está... —le habla casi pegada a él— ...mi libro de pociones?—ríe y se aleja— Vamos, desde la semana pasada que se ha destrozado el tuyo no me regresas el mío.

Él sonríe—Eres terrible Nina, ¿Tanto por un libro?—ríe y pasa una mano por su nuca. —Te lo devolveré...—comienza a alejarse y se dirige a su dormitorio—...dentro de unos días—vuelve a reír—, ahora debo irme a cambiar—se mete en su dormitorio.

Ella niega con la cabeza y piensa—"Deberé comprarme otro".

Al día siguiente tenía el diario en sus manos, se quedó en su dormitorio y falto a todas las clases de ese día. Éste contenía una serie de escritos hecho a mano por su madre.

17 de Julio 2001

"En vista de mi nueva tarea he decidido documentar ciertas cosas, necesito acomodar mis ideas de alguna manera y así llevar un registro separado de mis informes.

Me han trasladado de Inglaterra a Francia, el Ministerio noto la presencia de ciertos magos y brujas con motivaciones poco claras. En principio se supuso que eran residuos de mortifagos que quedaron activos. Han pasado tres años de la batalla en Hogwarts y se temía que éstos intentaran algo. Pero sus intereses al parecer no están en volver a la vida a Voldemort o la dominación del mundo mágico y la limpieza de sangre, sino en el poder mismo. No se descarta que sean mortifagos de todas formas. Hemos tardado en averiguarlo, de hecho el Departamento de Seguridad Mágica todavía no puede volverlo un caso oficial, igualmente se decidió investigarlo.