》Segunda temporada de maldito orgullo.
¿Alguien puede parar el tiempo? Porque estos años pasaron volando, ni Iseul ni Jin saben como detenerlo.
A Iseul le faltan cinco meses y medio para graduarse, a Jin le va bien en su trabajo después de su gradua...
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Creo que el silencio que se forma en la sala de mi departamento es un tanto divertida, ver a Jin parado a un lado e la puerta me indica que no entiende porque le dejé pasar.
—¿Quién te dijo dónde vivo? —le preguntó a Jin mientras me siento en uno de mis sillones.
—Hoseok —respondió rápidamente y solo atine a sonreír. Este tipo sigue siendo el mismo idiota del que me enamoré, lastima que cambiaron algunas cosas—. Me miras como cuando te pegue una goma de mascar a tu cabello, esa vez me querías matar, ¿me vas a matar? —pregunta con más naturalidad. Porque de los dos, él es quien está tenso.
—No te voy a matar, siéntate, por algo trajiste hasta acá esa libreta, trabajas en mi escuela, sabes donde trabajo, así que, por algo veniste acá, ¿no? —pregunté de nuevo y él solo asintió—. Habla de una vez, esto es raro.
—Solo quería darte esto, bueno no, he pensado en la posibilidad de poder volver a ser amigos.
—Me gusta, pero que quedé en claro que esto no quiere decir que he olvidado las idioteces que hiciste, sería una estupidez empezar de nuevo, cuando hubo una relación de cuatro años y que por problemas relativamente estúpidos y que aún ni puedo entenderlos bien, haya terminado la relación, así que, no quiero que pienses que es una nueva oportunidad, es claro que no quiero que vuelvas a ser un tonto que cree que me tiene allí para él incondicionalmente, porque no quiero nada contigo, no porque aún crees que las cosas son fáciles con un simple lo siento —aclare, pues tampoco quiero que piense que ya por esto, podremos empezar de nuevo—. Tal vez si somos amigos, así los demás idiotas ya no se sentirán raramente incómodos o divididos al tenernos cerca, así que, ¿amigos? —le preguntó y él solo me mira con una sonrisa.
Supongo que esto es lo mejor, algo dentro mío aún sigue con ganas de soltarle un golpe, o echarle en cara su asquerosa actitud antes de lo de Jihyo, pero eso me desgasta más a mi que a él, aparte, prefiero vivir sin rencor, el rencor es estúpido, más si es hacía una persona que te ayudo a crecer, sé que Jin está arrepentido, sin embargo hecho esta lo que hizo, y tampoco me sirve de nada odiarlo, y tampoco tenerlo tan cerca, supongo que lo hago por paz, ya no quiero tenerme carcomiendome los nervios cada que lo veo, es mejor cortar estos sentimientos de raíz.
—Amigos yo...
Mi cuerpo reaccionó cuando Jin quiso acercarse, me levanté rápidamente del sofá, no por él, sino porque escuchaba un singular sonido que venía fuera del edificio de donde vivo. En serio, mi trasero pareció resorte al levantarme de un solo brinco.
—¡Cállate Jin! —exclame para callarlo. Pues se escuchaba la alarma de sismo, o tal vez estoy alucinando—. ¿No escuchas? —le pregunté con susto y él solo se concentro. Y allí nos dimos cuenta que tenía razón.
Ni siquiera pudimos actuar rápidamente, solo pudimos salir de mi departamento, pues empezó a temblar con suma fuerza. No soy una persona que le tema a los sismos, pero esta vez, era muy fuerte el movimiento y de la impresión creo que me he quedado pegada al suelo. Hasta que siento la mano de Jin jalarme hacerme caminar como se pueda por el pasillo.