》Segunda temporada de maldito orgullo.
¿Alguien puede parar el tiempo? Porque estos años pasaron volando, ni Iseul ni Jin saben como detenerlo.
A Iseul le faltan cinco meses y medio para graduarse, a Jin le va bien en su trabajo después de su gradua...
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¿Qué es lo que más me purga de una pelea? Haberme quedado con todo este sentimiento de colera, no haber podido defenderme por llorar. No lo niego me enojé bastante y no quise hablar con nadie, mucho menos con Jin.
Es estúpido, lo sé, porque de cierta forma, estoy huyendo, pero en serio, si hablamos mientras estoy molesta, es seguro que la discusión no llegue a algo favorable y nos enojemos más, no quiero enojarme a tal grado de mandar a Jin a dormir con Jackson, o yo que sé.
Pero voy a hablar con él, si Jin está dispuesto, arreglaremos esto, pero si no lo hace, necesito decirle todo lo que siento, y si no hay una solución, y sigue creyendo que soy una pérdida de tiempo, lo mejor será reconsiderar cada una de las cosas dentro de esta relación.
Somos personas capaces de tomar la rienda, tal vez tengo un poco de miedo y me siento insegura, pero será mejor hablar de una vez.
Para que se solucione un problema, es mejor afrontarlo y no caer en el drama, y yo que caí hace dos días en el drama. No me controle después de lo que dijo Jin y lloré, al parecer mi cuerpo no resistió el enojo y termine devolviendo la leche de fresa que tome una noche antes.
No estuve mal en llorar, ¿o si? Ahora me siento algo boba, Soojin tiene razón, no soy la misma, la Iseul del pasado le hubiera aventado un zapato, o le hubiera respondido con ironía.
Pero eso tampoco hubiera solucionado nada, ¿acaso me he estancado en aquella actitud de adolescente? La cual huye de sus problemas, o la que solo se centra en ella misma para olvidar lo que pasa alrededor y dejar que alguien más lo resuelva.
—Iseul, alguien te busca en el piso de recepción —dice una secretaria pasando en frente de mi oficina.
—Hazlo pasar a mi oficina, por favor, estoy demasiado ocupada para bajar, espero no molestarte —habló con un tono suave. Todos somos un equipo en esta empresa y todos debemos de tenernos respeto—. Aún no terminó y no quiero atrasarme, por favor.
Era mentira, pero ya estoy por acabar, y no quiero tardar más, quiero ir a casa y dormir, me siento mal, me siento cansada, tengo que terminar solo unas cuantas cuentas y ya puedo irme.
—No señorita, no es molestia —dijo con una sonrisa y le devolví la sonrisa.
Le mandé cada movimiento financiero a Jackson y él los recibió. Solo me faltaba acomodar unos permisos para poder desplazar algunos productos del almacén principal, hasta el secundario.
La puerta fue tocada y vi a Hoseok entrar poco a poco.
—¿Qué te trae por aquí?
—¿No tienes teléfono? —preguntó algo serio y yo negué.
—Lo dejé en el cajón, porque me distrae mucho y Jackson ya me regañó por perder el tiempo en el celular cuando trabajo, ¿ocurre algo? —Hoseok asiente a mi pregunta y camina hacia mi.