En Tokio, una persecución está en progreso, las patrullas siguen un sedán negro por las calles de Ginza, con aparentemente dos individuos dentro; los civiles habrían el paso de la imprudente persecución. La ciudad se había convertido en un punto peligrosísimo para el orden público y las autoridades eran las únicas capaces de hacer algo al respecto.
Uno de los policías, tomando el volante con una mano para poder tomar su comunicador, anuncia al centro de policía a través del dispositivo:
–Atención, tenemos a los sospechosos acorralados en la intersección cerrada por otros tres coches policiales, no hay forma de que escapen.
De los vehículos salieron los oficiales armados, listos para detener el auto que llegó a la trampa, y arrestar a los sospechosos por resistirse al interrogatorio.
–¡Bajen del auto con las manos sobre la cabeza! –exclamó el oficial con altavoz en mano, defendido por los mejores policías de Ginza.
Todos los oficiales apuntaron con sus armas al hombre que salió del vehículo y este, con los brazos viendo el cielo, espetó:
–No vamos a decir nada.
–Decirle que no a unos policías es algo poco inteligente, en especial bajo tu posición, demonio... –respondió, mientras mandó a dos policías a arrestarlo con unas esposas especiales.
En el momento en que el hombre iba a ser arrestado y sometido por los oficiales, el mayor de los dos salió en su defensa con dos estructuras carnosas sobre su espalda, con la cual empujó a los oficiales y cubrió a su compañero en una especie de fortaleza de piel.
Todos confirmaron las sospechas, eran demonios, como eran llamados los semidemonios en todo Japón. El hombre con el megáfono habló por su comunicador con apuro:
–Se confirmó un S-01, persecución de demonio, traigan al agente.
–Estuve sentado contigo todo el tiempo, solo me necesitan a mí –expresó un oficial de aspecto diferente, bajando del mismo auto.
Con un uniforme azul oscuro, una corbata negra como sus guantes y su fulminante mirada inspeccionando la situación, exclamó a los uniformados exaltados:
–¡No disparen y denme espacio para trabajar...!
El agente tomó el altavoz de su compañero sin prudencia y le reclamó a los dos individuos que se entregaran:
–Soy el agente Akihiko, de la AFAD de Tokio, y ustedes saben que ante la resistencia al arresto, uno de nosotros es convocado.
–La prisión de la AFAD es morir de todas formas, no importa si nos entregamos por las malas... Nunca van a escucharnos –gruñó el acusado, retrocediendo para intentar buscar una salida entre los espacios de la coraza.
–Uhm, tienes razón, no voy a permitir que las personas sufran sus atentados –en eso, el hombre de treinta y cinco años, sacó su arma y apuntó contra la coraza.
De inmediato, el semidemonio levantó su armadura de carne, tomando a su compañero sobre su espalda, y aún así, corrió hacia donde estaba el oficial para empujarlo y evitarlos.
Todos se sorprendieron por la velocidad del individuo, menos el agente, quien pudo correr hacia atrás lo suficiente para poner su arma sobre la frente del mitad demonio:
–Si estás escapando es porque ocultas algo... pero no le puedes ocultar nada a un arma cargada.
En ese instante, el tipo intentó atraparlo con sus corazas de su espalda cual planta carnívora; no fue suficientemente rápido para los veloces pies del entrenado sujeto.
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Bloody Claw 2: Ciudad de tinieblas
AcciónHan transcurrido 9 meses, las calles han vivido una historia diferente y bizarra para todos. El orden y la justicia es defendida por los mejores soldados humanos para combatir contra una amenaza nueva... "Los demonios". El semidemonio de las garras...