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Este es un capítulo visto desde la perspectiva del hermano menor de violeta cuando ocurrió el abandono y también en el reencuentro del capítulo anterior.

Este es un capítulo visto desde la perspectiva del hermano menor de violeta cuando ocurrió el abandono y también en el reencuentro del capítulo anterior

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Ocho años atrás

Me levanté de mi cama, no tiene mucho que había despertado y me asomé a la habitación de mi hermana. La veía totalmente calmada, es mi ejemplo a seguir a pesar de todo lo malo que me ha echo, es la inspiración que me motiva a no cometer los errores que ella cometió. El día que mis padres estuvieron a punto de divorciarse o peleaban, lo único que recuerdo es que ella me cuidaba y se preocupaba por mí. Después de ahí se volvió muy fría y de un carácter muy fuerte del cual yo me doy cuenta que reprime para no lastimar a nadie, para no lastimarme.

—Hijo ven acá— escuché la voz de mi padre llamándome por las escaleras y accedí a bajar.

—¿Qué pasa?— susurré para no despertar a mi hermana.

—Ven, vamos hacer algunas maletas— me ayudó a bajar los últimos escalones y me llevo al cuarto donde se encontraba mi madre haciendo lo dicho.

—mi niño, ¿como amaneciste?— se acercó a mí y me dió un beso en la frente.

—Amaneci bien, ¿A dónde iremos? —pregunte emocionado y a la vez confundido.

Mis papás solo se vieron entre ellos y sonrieron: — iremos a un viaje los tres —se acercó y me abrazo mi madre.

—¿Y mi hermana? —pregunte con inocencia— ¿La dejaremos aquí?, ¿Por qué? —preocupado les pregunté.

—Tu hermano está muy ocupada con su escuela y necesita que la dejemos. —aquella señora acarició mi mejilla.

—No me iré sin ella.

Veo como mi mamá sonríe —no te preocupes cariño, ella nos alcanzará —se levanto y siguió empacando.

Observe como ambos señores seguían empacando, salí del lugar y regrese a mi habitación para igual empacar. Lo hice con cuidado y en silencio para no despertarla. Le pedí ayuda a mi papá para bajar las maletas y tome mi mochila.

—¿Qué haces?— me miró mi papá con confusión.

—Llevo mi mochila.

—déjala ahí, luego te compro otra — sonrió.

Yo hice caso y salí de la casa junto con él, llegó un auto negro por nosotros, era de un chico alto, cabello castaño y corto. Al parecer ya lo había visto de algún lado solo que no recuerdo donde.

Cartas que nadie leerá [Cartas #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora