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Érase una vez, un sueño. Un sueño alocado, digno de un universo alterno, en donde los cuentos son realidad.

Hace muchos años, en la segunda estrella a la derecha, el capitán Jeon "Garfio" Jungkook se levantaba con la pierna izquierda en su camarote, en su mente entraba el único objetivo en el mundo de Nunca Jamás: Matar de una vez a Pan.

Peter Pan tenía sonrisa cuadrada y, para Jeon, fastidiosa. Con un traje verde y una pluma roja en su sombrero, una daga y una manera de joder...le arruinaba los planes a Jungkook.

Y hacía tiempo, Pan le había cortado la mano y se la había dado a un cocodrilo, el cual ahora no dejaba de perseguirlo y aguardar cerca del barco para en algún momento engullirlo como un tentempié.

El pobre capitán temblaba de tan solo pensarlo.

Ah, pero al creador del cuento le encantó la idea de que hubiese un cocodrilo devora hombres.

Qué tipo tan torpe.

En fin, Garfio se levantaba y Smee hacía presencia llevándole el desayuno y cantando, alegre como siempre.

- Ay, la de un pirata es la vida mejor. Buenos días, capitán.- dijo aquel viejito gordinflón.

- ¿Qué tienen de buenos?- gruñó el pelinegro. Pero el amable señor Smee ni caso le hacía.

- Aquí le traje su desayuno.- dijo alegremente.

El capitán Jeon comía como bestia cuando estaba enojado, casi podía comerse una vaca entera.

Así que hizo méritos de su amplio estómago y empezó a devorar su desayuno.

No pasaron ni cinco minutos cuando se oyó en el barco una risa muy bien conocida y su llamado.

- ¡Bacalao! ¡Despierta!- que niño tan fastidioso.

- ¡Smee! ¡Mi traje! ¡YA!

- Y-ya voy, capitán.- el pirata bonachón corría de un lado para el otro dando vueltas mientras buscaba el traje. Cuando el capitán estuvo listo, bajó y se encontró con sus hombre peleando contra los niños perdidos.

- Al fin viene, capitán.- dijo Peter, burlón.

- A cortarte la jodida cabeza.- rugió el pelinegro.

Se enzarzaron en una lucha de las de siempre, en la que Pan siempre se salía con la suya. ¿Quién fué el tonto que inventó aquel juego? Siempre llevaba las de perder y hacer el ridículo. ¿Por qué no ganar ni una sola vez? Para hacer mas divertidas las películas, a veces el héroe perdía.

Además, él no comenzaba las peleas, era Peter quien las provocaba robando tesoros de su barco. Y cuando eso sucedía, la pelea empezaba y terminaba ganando quien las comenzó.

No. Es. Justo.

Más injusto cuando el muchachito castaño volaba como una molesta polilla. Ahora mismo, el niño de sonrisa cuadrada le quitaba su sombrero y lo dañaba.

- ¡Maldito seas, Peter!

- Milditi siis Pitir.- lo imitó y el pirata corrió tras de él hasta dar un salto en el aire, con el que atraparía a Pan.

Lástima que los cálculos de este capitán no eran buenos.

Al dar el salto salió despedido del barco, directo al mar.

Nada podía ir peor.

¿O sí?

Estando en el agua abrió los ojos y se encontró con una figura negra que se dirigía hacia él.

El cocodrilo.

Rápidamente se impulsó fuera del agua salada para gritar a los cuatro vientos.

- ¡SMEE! ¡Ayuda! ¡Distrae al cocodrilo!

- ¡Ya voy capitán!- dijo agarrando una pistola con su temblorosa mano y apuntándola al la sombra en el agua, cerró los ojos para no ver nada.

- ¡Abre los ojos, idiota!- gritó histérico el capitán. Smee apuntaba muy mal, estaba apuntando al pecho del pelinegro.

Y en un suspiro nervioso, disparó.

...

El barco quedó en silencio, nadie habló, todos miraban al agua en donde, quien fué en vida capitán de su nave, se había hundido en un charco de sangre.

Smee rompió en llanto, diciendo que había acabado con la vida de su tan estimado capitán.

Los piratas se quitaron sus sombreros en señal de luto y dolor.

Los niños perdidos y Peter estaban casi catatónicos, viendo lo que habían provocado.

Y la sombra negra de un cocodrilo se había llevado el cuerpo sin vida de Jeon Jungkook.

•••

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