2

73 14 0
                                    

No buscaron el cuerpo de Jeon, el cocodrilo había logrado su cometido, se lo habían dado en la boca. Literalmente.

Esa noche se hizo una especie de funeral, pues ninguno sabía como organizar uno; el sentimiento de duelo estaba ahí para acompañarlos en ausencia de uno de ellos. Todos lo estimaban a pesar de su mal genio, todos estaban callados, el señor Smee lloraba desconsolado, los niños perdidos nunca se comportaron mejor esa noche. Y Peter derramaba silenciosas lágrimas llenas de culpa.

Recordaban a ese capitán de rostro imberbe y presentación impecable, de porte alto y gallardo, digno de un caballero inglés. Su mal humor constante y su mente extraordinaria y calculadora.

Ahora se sabía que él era una parte importante de aquella historia. Una en la que no estaría jamás.

Los niños perdidos sintieron que habían perdido a un ser querido. Los indios también hicieron presencia y dieron condolencias a los piratas.

En una pequeña barca pusieron una lámpara, sus joyas más preciadas, un mapa y una botella de su mejor vino. Para que el espíritu de aquel que un día fué su capitán, se iluminase y navegara por los inhóspitos mares de Nunca Jamás.

...

El cocodrilo nadaba rápidamente a su guarida y en su lomo llevaba el cuerpo del capitán Jeon. Su hogar consistía en una cueva con una trampa de agua que llevaba a una cueva, su cueva. Vivía allí desde hace mucho y nadie la había habitado antes.

Llegó a una roca gigantesca de aproximadamente un kilómetro de largo que sobresalía del agua y se sumergió, esta vez agarrando entre sus fauces la tela de la ropa que usaba el pirata. Bajó y subió para salir a la superficie,al otro lado de los muros de piedra de aquella isla lejana de las costas de Nunca Jamás.

Todos pensaban que era una roca común y corriente, pero estaba hueca por dentro y seguía siendo tan bella como cuando la encontró.

Sacó el cuerpo del agua y lo colocó en tierra y como por arte de magia aquel cocodrilo se transformó en un jovencito rubio desnudo que arrastraba al pelinegro hasta su cocina, sacó unas especias de frascos de cristal para...

¿Sazonarlo con hierbas y condimentos?

¿Cortarlo en pedacitos para luego comerlo?

De entre todas las preparaciones, ¿cuál escogería?

No seamos tan malos, ya de por sí el creador de este juego había maltratado bastante al pobre lobo de mar.

Vamos a cambiar la historia.

Como decía, sacó unas especias de frascos de cristal para ponerlos en un cuenco y con el mortero las aplastó para crear una mezcla de hierbas curativas que le ayudarían a curarse su propia herida y la de su invitado.

Se acercó deprisa y lo vio vomitando el agua que había tragado; empezaba a respirar, pero estaba tan débil que no pudo ni despertar, el rubio quitó rápidamente la parte de arriba de la ropa que Jeon portaba. Con cuidado limpió la herida en su hombro con ron que casualmente había encontrado y le colocó la mezcla de hierbas. Las cubrió con un pañuelo y la hemorragia se detuvo.

El chico suspiró aliviado de que ya hubiese parado a tiempo. Los labios del pirata estaban blancos por la pérdida de sangre. Su cuerpo se hallaba manchado de su propia sangre.

El rubio le quitó el resto de ropa para limpiar el carmín y para que no enfermara por la ropa mojada. Con una vasija llena de agua fue limpiando su rostro y su cabello, acariciando las hebras con cuidado.

Cuidando de aquel hombre por el que hacía unos veranos había perdido la cabeza.

Sí, Jimin se había enamorado de Jungkook.

Unos años atrás, no sabía cuántos, se encontraba paseando por la costa en sus forma animal y oyó un grito en una voz grave y masculina desde una embarcación. Obviamente, guiado por su curiosidad, se acercó al barco. Entonces un hombre muy atractivo apareció en su campo visual y al parecer era el capitán. Cuando sus ojos se toparon aquel hombro gritó histérico con una voz no muy varonil que "otra vez ese cocodrilo".

¿Disculpen? Él nunca había visto a tan guapo espécimen en su vida. ¿Cómo que "otra vez"?

Se marchó al ver que otro hombre, viejo y pequeñito le decía que se vaya de una vez. Se fué con un sentimiento de extrañeza y ese aumentó cuando lo visitó las veces siguientes. Después descubrió que un chico volador le cortó la mano y se la dio a comer a un cocodrilo. En realidad ese cocodrilo se había ido al comprobar que la carne de aquella mano era amarga como a quien le pertenecía. No lo volvieron a ver más.

¿Sería posible que hasta su cuerpo fuese tan amargado como su personalidad?

Bueno, esto es un sueño.

Cuando terminó de limpiarlo, lo llevó hasta la cama como mejor pudo, pues ese hombre era pesado. Lo recostó en la cama y lo cubrió para que no resfriase.

Lindo tatuaje, pensó Jimin al ver un dibujo de un ancla en su pectoral izquierdo.

Se quedo admirándolo otro rato más y luego rió ante la idea de que comiera mucho. Le dejó una vasija con agua dulce y limpia de la fuente de la isla para que no tuviera sed; se transformó en un cocodrilo de vuelta para ir a cazar y cocinarle algo a su invitado involuntario.

No había de ser maleducado por más animal que fuese.

•••

Segunda partecita :3

°••~→| Neverland |←~••° |KookMin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora