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Abrió los ojos para encontrarse con una oscuridad débilmente iluminada. Apenas podía ver, estaba muy cansado. Recordaba a Smee apuntándole y un ruido ensordecedor.

Su hombro derecho dolía infernal.

Pero se olvidó del dolor al ver a un cocodrilo bastante conocido caminar distraídamente con un jabalí entre sus fauces.

Voy a morir.

Pero, ¿no se suponía que si el cocodrilo ya tenía una presa no buscaría otra?

¿Qué era esto? ¿Ahora los cocodrilos evolucionaron como lo hicieron una vez los humanos para acumular excedentes y crear la propiedad privada y el comercio? ¿O qué?

Ahora que lo notaba, estaba muy cómodo como para estar en el suelo, donde un cocodrilo normal lo pondría, si no se lo comía en el acto.

¿Por qué estaba ahí en primer lugar?

Tantas preguntas.

Ninguna respuesta al alcance.

Y cuando vio que aquel cocodrilo lo miraba, se desmayó. Si no murió con el disparo, moriría devorado. Definitivamente preferiría desmayarse para no sentir como lo desollaban vivo, gracias.

...

Llegaba a su hogar después de haber cazado un jabalí enorme para compartir. Salió del agua y caminaba hacia su “cocina” para hacer lo suyo tranquilamente, sintió que lo miraban y volteó a mirar a su cama en donde estaba Jeon viéndolo con ojos desorbitados.

No sabía que hacer, se suponía que él debía verlo en su forma humana para que no se asustase de esa manera.

Se había desmayado, no sabía si por suerte o por desgracia, pero lo había hecho y automáticamente soltó a su presa para ver como estaba Jeon.

El pobrecito estaba tan asustado. Al menos no le había visto desnudo y eso le alegraba. Lo dejó seguir durmiendo y fué a preparar un delicioso jabalí guisado.

...

De nuevo el pirata despertó y se preguntaba por qué seguía vivo. Debería estar sin piel o algo pero al parecer estaba completo.

Levantó la manta.

Y desnudo.

Trató de levantarse de donde estaba pero un dolor en su hombro le hizo descartar la idea; palpó la zona y encontró un pañuelo cubriendo la herida. Decidió explorar con la mirada y descubrió que estaba en una cama, de aquellas al estilo indio, con paja y una piel de oso encima.

¿Estaría en territorio indio?

Cuando observó más, descubrió que ya era de día, una luz llegaba a sus ojos desacostumbrados y por último, un destello rubio le hizo saltar en la cama y soltar un grito. Un chico que estaba sentado a sus espaldas le miraba curioso. Un chico muy bonito.

- ¿Quién e...?

El chico le interrumpió al poner una mano en la frente ajena, comprobando si había fiebre o algo parecido. Luego le tomó la mano rápidamente y presionó un dedo contra la palma de su mano. Negó con el ceño fruncido.

- Oye. ¿Qué haces?- dijo molesto el pelinegro, retirando su mano.

- ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo?- preguntó aquel joven. Tenía voz dulce y casi maternal, como queriendo demostrar su preocupación.

- Estoy bien.- un pirata jamás, JAMÁS demostraba que algo dolía.

El chico intentó tocar la herida pero él automáticamente se cubrió, dejando en tela de duda su tolerancia al dolor.

- Si no quito la mezcla y limpio, se va a infectar y morirás. Si no quieres morir, déjame curarte.- dijo el rubio con el ceño fruncido.

El pirata no protestó y se dejó hacer.

El joven sacó el pañuelo y quitó la mezcla extraña con la mayor delicadeza que pudo. Agarró una botella de ron, la acercó a la herida y miró seriamente a Garfio.

- Esto va a doler. Contaré hasta tres y voy a derramarlo.

- Ah...

El rubio vacío el contenido en la herida, sacándole tres gritos y cuatro maldiciones.

- ¡¿Por qué hiciste eso?! ¡Dijiste que contarías hasta tres!- gritó el capitán con un gesto de dolor mientras se sentaba en la cama.

- El orden de los factores no altera el producto, igual te iba a doler.- dijo el joven.

- Maldición.

- Tengo que quitar la bala, aún no la he sacado. Lo único que quería era que la hemorragia se detuviera pero bueno, no soy doctor para saber qué hacer.

- ¿Quién eres?

- Me distraigo si me hablas, voy por una aguja, hilo y una pinza.- el muchacho siempre aprovechaba para salirse con la suya.

Volvió con lo que necesitaba y lo desinfectó como pudo. Metió la pinzas con cuidado y el capitán casi se quebraba los dientes de lo fuerte que los apretaba. Demoró unos segundos y finalmente extrajo aquel material de su cuerpo. Cosió la herida y le puso más ron y más de aquella pasta verdosa que había colocado antes.

- Por seguridad.- pobre capitán.

- ¿Ya me dirás quién eres?- preguntó molesto el hombre.

- Soy Jimin.

- ...

- ...

- ¿No me dirás nada más? Digo, de dónde vienes, quién eres o dónde estoy.- recalcó el pirata.

- Confórmate con saber que soy Jimin y que no pretendo matarte. Debes comer, estás muy débil como para no hacerlo. Perdiste mucha sangre.

A la mención de comida, el capitán se calmó. El joven le sirvió un plato de jabalí guisado y ocupó la boca en comer y no en preguntar más.

Jungkook comía mucho y eso le sacó una sonrisa a Jimin. El pelinegro lo miró como si le hubiese salido un cuerno entre los ojos.

- ¿Qué?

- Nada. Tienes mucho apetito, ¿eh? ¿Quieres otro?- preguntó y Jeon asintió después de unos segundos.

Finalmente el hombre terminó de comer y agradeció.

- ¿Cuánto llevo aquí?- preguntó él, mirando a su alrededor.

- Como un día y medio.- respondió Jimin.

- ¿Hay...hay algún cocodrilo aquí?- preguntó, recordando aquel incidente con el animal en su estancia en el lugar.

- No.- respondió nervioso.

- Es que...- cocodrilo con un jabalí...- ¿Acaso entrenas a cocodrilos para que cacen por tí?

- No.- el muchacho ya estaba nervioso de tantas preguntas.- Ahora debes bañarte, pero eso es cosa tuya.- rió el chico, algo avergonzado.

...

Helloooo <3

°••~→| Neverland |←~••° |KookMin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora