| "R" |

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Jimmy
2 años

—Peter— Logan llama desde su asiento en la barra de la cocina, nunca la ocupaban para comer, primero era un pequeño apoyo para tener cosas de adultos, con la llegada de personitas se convirtió en otro lugar para acomodar electrodomésticos.

—Mmm...— posó su taza humeante, el platinado dejó de tomar café para tomar té, las medidas de paternidad eran drásticas a la hora de tomar siestas o tranquilizar los nervios.

—¿No crees que deberíamos ayudar a Jimmy a pronunciar la "r"?— Howlett tampoco fumaba dentro de casa, así que en su defecto tomaba agua mineral helada para calmar un poco la saciedad, justo el vaso que tenía en mano.

—No veo ningún problema con ello— se volteó agitando la cuchara lentamente —es gracioso cuando agradece— sonríe de lado antes de imitar al pequeño de sus cachorros —"grracias"—

—Dios, parece ruso— no negaba que era gracioso pero notaba al niño las veces le costaba hablar cosas muy simples, aquel tema le venía haciendo ruido desde unos días antes después de tener esas largas conversaciones sin sentido con su pequeño.

—Eso no me lo vengas a echar en cara a mí, seguramente lo sacó de Erik— saca la cuchara limpiando la en el borde —él tiene como cinco nacionalidades por derecho de nacimiento, así que dale tu queja al abuelo—

—Eso ya lo sé, mocoso— la mirada no se le ha despegado desde que comenzó hacer el té, este va a sentarse a su regazo que parece no haber más sillas.

—Cariño, solo tiene dos años— estaba a punto de estallar en felicidad, sabe que su hombre se preocupa demasiado hasta en pequeños detalles, como debe ser, pero era una ternura ver la pequeña angustia ante algo tan simple como pronunciar la "r" —a esa edad yo ni siquiera la pronunciaba, con él es una ganancia—

—Solo espero que no se le dificulte después, para él será normal andar diciendo dos "rr" a todo— sujeta a su chico de la cintura para más comodidad,  viéndole beber tranquilamente su taza.

—Lo va superar, como todos lo niños— deja aún lado su líquido y le da un beso casto —ellos están bien— en muchas ocasiones siente que deben de asegurarse uno al otro de lo que está bien con ellos o sus hijos, atrayendo cierta paz. Checa su reloj de mano, llevaban media hora en su siesta de medio día, justo para pasar tiempo con su pareja.

Un nuevo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora