|C U A R E N T A Y U N O|

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Daken.
41 semanas.

Vivir con Logan era volver a su infancia donde sus padres adoptivos los llevaban de lugar en lugar siempre, como nómadas sin asentimiento y no estaba peleado con ello, pero si le gustaba volver a casa de vez en cuando. La primera vez fue con el embarazo prematuro; nació su sietemesina y primogénita: Laura, puesto que necesitó reposo por ser primerizo y con posibilidad de riesgo, pero no fue así, sin duda había salido igual que su padre cosa que corroboró a los pocos meses de nacida. Ahora se encontraba de vuelta por su príncipe brillante: Akihiro o Daken como su primogénita lo comenzaba a llamar a su tierna edad; su pequeño y segundo cachorro aún estaba dentro en la pancita de papá a la semana número 41.
Durante el último trimestre del embarazado tomó la decisión de ir a la mansión donde había más ditractores y Hank para poder supervisar si era momento de ir al hospital con seguridad, puesto que por nada habían ido dos veces al hospital por falsa alarma; la presión que provoca el útero y la cabeza del bebé sobre la pelvis era la responsable de los calambres y dolores en la pelvis, las piernas, lo cual dificulta el retorno venoso y presiona las estructuras nerviosas que ocasionan estas típicas molestias confundidas con las contracciones: la primera a medio día justo cuando cumplía la semana número cuarenta y la otra en la madrugada, de esa Daken recibió su primer regaño.
Henry era un genio pero no era la rama del científico, al sufrir mucho con el primer embarazo buscando un medico que tuviese conocimiento de embarazos en mutantes varones. Así fue cómo comenzó a estudiar e investigar, abriendo pie al poder ayudar a próximos mutantes y a llegados si se presentase el caso.

Se encontraban en una de las salas cercanas al dormitorio del velocista, ya no podía ni caminar gracias a la sandía de trece kilos. Scott alentaba a Peter sentado en el borde del sillón como cámara de seguridad automática: siguiendo de un lado a otro.

Jean miraba en silencio sin poder hacer nada, no podía calmar la inquietud o malestar del velocista porque era un indicador que ya iba nacer o no.

Warren miraba a Kurt con ojitos de "¿Podemos tener uno?" Aunque claro no podrían tenerlo. Kurt "ignoraba", mientras con Jubilee jugaban con Laura en sus brazos, siendo los tíos consentidores.
-Mierda, necesito parir ya- mira con desesperación pura a su pareja, los embarazos eran bonitos por partes, pero también dolorosos y agotadores -vuelvo en cinta, James, y juro por mi madre que yo mismo voy a cortartelos- asegura antes de tomar un respiro y buscar soporte en su pobre espalda.

-Tú fuiste quien quería un hermano para Laura, cuando ella apenas y puede hablar- la mencionada al escuchar su nombre de su papi volteó a verlo de forma enojada.

Peter se dió cuenta de su pequeña -nada más estoy pariendo clones tuyos, nueve meses y para que sean igualitos a ti- niega pero s ele pasa cuando Laura le sonríe -todo el maldito crédito te lo estás llevando- al menos sus hijos no serian mal agraciados, tenía que admitir que su hombre era atractivo a pesar se tener sus muchos años.

-Y pensar que sería igual que con ella- Howlett deseaba tener a su velocista berrinchudo, mimado y llorón de vuelta en lugar de este que se ponía a echarle bronca.

-Mejor piensa que vamos a decirle al médico para que ya me saque al mocoso- señala a su propia panza caminando de un lado a otro con dificultad. Sus tripas se sentían duras, el abdomen más pesado y acumulando el mal sueño de los últimos días. Se quedó callado durante ese seguno dió cuenta al entrar en la fase "activa" del parto, las contracciones ya tenían frecuencia de entre 4 y 5 minutos con una duración de alrededor de un minuto, pero por andar discutiendo no se había percatado hasta una contracción que le hizo desconectarse de su sitio.

-¿Peter?- se escuchó la tranquila voz de una pelirroja ante el silencio de todos, excepto la pequeña.

-No, no, no, no, no,- abrió sus ojos mirando a su pareja -ya va nacer- o al menos eso sentía, aunque estaba a escasas horas de dar a luz. En un santiamén todos estaban en el auto con un embarazado llorón.

Un nuevo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora