Capítulo III

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"Tu presencia me hace sentir segura, me cuidas y me proteges como nadie en el equipo, puedo asegurar que siempre estaremos juntos. Y es una promesa que debes cumplir."

La mañana se fue haciendo presente, estabas un poco aburrida, toda la noche te la pasaste leyendo un libro que habías encontrado en uno de tus trabajos, era un libro controneano, bueno eso te dijo el hombre que te lo vendió.

Tenía cosas interesantes, pero no era lo que estabas buscando. Querías saber sobre cómo era tu planeta, su historia, todo planeta tenía libros sobre sí mismo, con bastante información de todo tipo, e incluso ilustrados. Pero no había uno sobre Cotrón.

Suspiraste y guardaste el libro, el niño estaba dormido, al igual que Mando y Cara.

El planeta era lindo no lo podías negar, podrías haber vivido aquí sin ningún problema, si sólo te gustara la vida tranquila. Te gustaba robar a los que más tenían, tenían cosas hermosas, repletas de piedras y metales preciosos, algunos los vendías y otros te los quedabas, como la tiara que traías.

Llamabas mucho la atención con ella puesta, todos te miraban y quizá te envidiaban, algunos te la habían querido robar en un inicio pero no habían podido y después de que cierto mandaloriano saliera contigo al público dejaron de molestar. Pero por ti seguirías pateando traseros hasta que dejaran de ir por tu tiara. Que puedes decir siempre te gustaron las cosas brillantes y llamativas, y eso traía riesgos.

El niño se despertó ya que el sol estaba ya iluminando todo, comenzó a jugar entre las maletas. Tenían que conseguirle algún juguete, quizá algún cuaderno para colorear, tenía bastante energía y estando en medio del espacio eso podría presentar problemas.

El niño estirón sus manos, quería tu tiara.

"Al parecer te gustan las cosas brillantes ¿eh?, cosita verde." -Le sonreíste, tomaste la tiara de tu cabeza y se la diste.-

Te gustaban los niños, Viszla te había llevado un par de veces al complejo mandaloriano y lo expósitos eran adorables, y siempre que tenías niños alrededor podías sentirte cómoda y en paz, quizás era por que con ellos podías experimentar lo que te faltó.

Y este niño verde representaba todo lo inocente de ti, todo lo que habías sido, por eso querías protegerlo, el merecía la protección y la lealtad que te faltó. El admiro el brillo de la tiara con los reflejos de los diamantes se mostraban en la cara del niño haciéndolo ver lindo.

A lo lejos escuchaste mucho alboroto así que estiraste el cuello y lograste ver a los granjeros y muchos niños corriendo, riendo, algunos de ellos ayudando a sus padres. Era muy conmovedor.

Cara fue la primera en despertar, y por el alboroto y el impacto del speeder deteniéndose, segundos después el hombre de beskar se despertó, ambos te miraron y después miraron al lugar.

Varios niños gritaron emocionados y felices por su llegada, se acercaron a la criatura verde con la tiara en su cabeza, los demás niños parecían encantados.

"Bueno parecen que están felices de vernos." -Mando las miro a las dos mientras ustedes sostenían una ligera sonrisa por los niños.-

"Si, eso parece." -Cara le contestó a Mando.-

Los cuatro bajaron del transporte y comenzaron abajar el equipaje, tomaste tu maleta y la pusiste en tu espalda, tomaste un par de cajas que pertenecían al hombre.

Tu y el niño siguieron el camino que Mando había tomado, solo se tardaron un par de minutos para llegar a la cabaña. Dentro de esta se encontrába una hermosa mujer de piel bronceada y cabellos oscuros, atando alguna cosa a un poste de la cabaña, cuando los noto los dejó pasar a la cabaña.

Aruetyc || Din Djarin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora