El secreto de Dakaria ©

CAPÍTULO 35

Capítulo 35: Regreso

Dakaria S.T

Hemos estado en varios lugares turísticos de la República Dominicana y son hermosos, los tres países a los que hemos ido sin duda son hermosos; me encanta cada cosa que nos muestra.

Hemos ido al zoológico, al Pico Duarte, unas playas, teatros, etc.

Aunque ya es momento de partir a Londres no quiero, sin dudas viajar a librado el estrés que estaba sintiendo y me ha dejado un poco tranquila después de lo que pasé hace unos meses. He tenido unas cuantas pesadillas, pero con algunas cosas lo he podido controlar, a veces son tan fuertes que llego a despertar a Logan que no se aparta hasta que esté completamente dormida.

— Pasajeros con dirección a Londres —Nos levantamos de nuestros asientos, sin duda este viaje fue lo mejor. Me gustó sin duda alguna.

Caminamos para abordar el avión y observo por la ventanilla. Por lo que sé y algunos Dominicanos de la isla gritaron, es que aquí se hizo el merengue y es el único país con una Biblia en la bandera.

— ¡Mami, él me dió! —Grita un niño en los asientos delanteros. Alejo mis pensamientos para prestar atención.

— ¡¿Tú me viste a mi poniéndote una mano encima?! —Responde el otro niño.

— ¡Ven, vamos a pelear! —Espera, ¿Qué?

Siguen hablando rápido poniéndose en mitad del avión desafiándose con la mirada, la madre de cada uno los llama, pero no hacen caso.

— Por favor, guarden silencio —Intercede la azafata.

— Te salvaste de esta.

— Tú lo que eres es una gallina.

¿Que es lo que les dan a estos niños de hoy en día?

— Los adultos de estos niños, ¿Donde están?

— Muchacho del... —Lo demás fueron maldiciones de la madre halando al niño que estaba gritando la primera vez. Cuando despegamos no se escucha nada, al fin.

Recuesto mi cabeza en el hombro de Logan mientras vamos viendo una película, acaricia mi mano y a veces le da leves apretones, entrelaza nuestros dedos para luego besar el dorso de mi mano.

Levanto mi cabeza besando suavemente sus labios, leves segundos después nuestros ojos se encuentran y él sonríe. Después de eso seguimos viendo la película.

Tenemos que hacer escala en Estados Unidos para luego así llegar a Londres, así lo hacemos y al darnos cuenta ya estamos aterrizando en nuestro lugar de origen.

Miro mi piel y estoy bronceada, al igual que Logan, me encantó el viaje y no dejaré de admitirlo.

Cuba sin duda me encantaron las playas de su arena blanca como el azúcar, mientras lo cubren campos de tabaco. Puerto Rico me enseñó canciones y comidas sorprendentes que me encantaron. República Dominicana me enseñó del Merengue, la forma en expresarse y muchos de los lugares turísticos me encantaron.

Abordamos el auto que nos llevará a nuestros hogares, el chófer va escuchando música mientras nosotros atrás queremos dormir aunque sea un poco.

— Llegamos —Dice abriendo nuestras puertas. Salimos tomando nuestras maletas, caminamos hasta la entrada de nuestros hogares sin despedirnos.

— ¡Zanahoria dos! —Giro viendo la escena de Logan corriendo hasta mi con las maletas de él. —No tengo llaves y nadie abre.

Toco el timbre de mi hogar esperando que abran, así lo hace mi madre con una sonrisa en el rostro.