Enlazados

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Dentro de una casa, mucho más pequeña que la casa de un alfa convencional, la madre de Kuroo se encontraba lavando los platos, acompañando a una ama de casa que trabajaba para ellos tres veces por semana.

-Madre.

-Kuroo, es raro que estés en casa tantos días seguidos. ¿Hambre? -le preguntó, dispuesta a ir a la heladera y empezar a prepararle algo-

-Tengo una pregunta para hacerte, pero no sé si me vas a querer contestar -dudó un poco antes de seguir hablando- ¿Por qué los padres de Kenma están juntos, si son tan diferentes? -Su madre quedó atónita con esta pregunta, y hasta la mujer que la acompañaba se puso un poco nerviosa.

-Ah, qué difícil es ser madre cuando se acercan cada vez más a la adultez -suspiró y se sentó en la misma mesa que estaba su hijo- bueno..., ¿Sabes que muchas veces los alfas y omegas suelen enlazarse, no? Pasa realmente muy poco, y, con los avances de la ciencia, se cree que en unas futuras generaciones ya no van a tener esta condición.

-Si solo es entre alfas y omegas, tú no estás enlazada con mi padre, ¿no? -La madre negó- ¿Y entonces eso tiene algo malo?

-Yo creo que es al contrario. Tu padre decidió elegirme a mí, que soy una beta, antes de agrandar su capital a través de matrimonios arreglados. Pero eso es porque sus padres nunca le impusieron nada. En cambio, los padres de Kozume-chan se necesitan, porque si no comparten sus feromonas pueden enfermar -en ese momento, el semblante de la mujer cambió; estaba por adentrarse en un tema sensible, pero no quería seguir despertando la curiosidad de su hijo, así que negó para sí misma con la cabeza- Estás preguntando esto por el compromiso de tus amigos, ¿No? -El azabache asintió con la cabeza- ¿Acaso...? 

-Yo...¿Podría estar enlazado con Kenma? De esa manera, no lo casarían apropósito; no pueden ser tan crueles si su hijo enferma. -Su madre rió nerviosa y él podía notar como sus manos empezaban a temblar.- ¿Madre?

-Deberías preguntarle a Kozume que piensa de estar enlazado a alguien.

🌱

-Así que a ti también te dijeron hace muy poco. Pero en mi casa me dijeron que hace años que lo arreglaron, pero se pusieron de acuerdo para no contarnos  hasta que seamos un poco más... adultos -Bokuto elevó sus hombros y apoyó su espalda contra el respaldo de una silla. Una vez descubierto el secreto, se encontró con Kenma en una cafetería, y ahora estaban sentados frente a un enorme ventanal. El grisáceo lo observaba y lo encontraba cada día más atractivo que el anterior, pero, ¿Esa era razón para amar a alguien?-

 El grisáceo lo observaba y lo encontraba cada día más atractivo que el anterior, pero, ¿Esa era razón para amar a alguien?-

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-Lamento que tengas que estar con alguien tan poco entretenido como yo -contestó, sin cambiar el semblante. Bokuto sabía que había un poco de humor detrás de aquello, pero ambos estaban inmersos en un tenso ambiente-

-Imagino que yo tendré que dejar de ser tan extrovertido, sino te vas a cansar muy rápido de mí y me mandarás a dormir al sofá más de una vez -carcajeó nervioso. Kenma solamente le sonrió, y en parte, le agradeció por estar haciendo su mayor esfuerzo. Qué ambiente tan pesado... En ese momento, llegaron los batidos que pidieron.- ¿Sabes...? No entiendo como se han arreglado tantos matrimonios de esta manera, y las personas aún siguen sobreviviendo.

-Muchos han tenido menor suerte, incluso. Emparentados con alfas violentos, soberbios, agresores. También he oído de omegas que tienen tanto poder en sus feromonas que podrían controlar a cualquiera. -ladeó la cabeza un poco y jugó con las bombillas- 

-¿Alguna vez intentaste usar tus feronomas contra alguien?

-Una vez -esta respuesta sorprendió a Bokuto, ¿Qué podría querer Kenma, quién se mostraba siempre indiferente y tranquilo, cómo para usar sus feromonas?- Encontré un gato en la calle y lo llevé a mí casa; pasó conmigo unos días, pero luego, mi padre lo descubrió y lo sacó a la calle. Le pedí que me dejara quedármelo, ¿En qué le molestaba? -el ceño fruncido de Kenma y el tono de su voz se iban elevando cada vez más- Se negó, y a los días me trajo un gato siamés puro. Me enojé tanto que empece a liberarlas sin darme cuenta, mi padre se mareó y me encerró unas horas hasta que me calmara. Allí descubrieron que era dominante. Igual quiero a mi gato.

-Ah, al menos la historia tuvo un final feliz -comentó Bokuto mientras terminaba su batido y miraba a través de la ventana. Kenma había llorado por esa situación varios días, e hizo huelga de hambre. Fue Kuroo quien lo pudo convencer de volver a comer y le prometió que él mismo iba a adoptar a ese gatito que había vuelto a la calle, así podía ir a visitarlo cuando quisiese.

-¿Te gustan los gatos?

-No realmente -contestó. Reinó el silencio por unos minutos- Pero, si a ti sí, puedes tener uno. -Kenma no quería un permiso.- ¿Quieres que te lleve a tu hogar?

-No, Kuro está a unas cuadras, quedé con él.

-Perfecto -Le sonrió honestamente; al despedirse, ya en la puerta de la cafetería, Bokuto se inclinó hacia él y le ofreció un beso en la mejilla, así como nunca se habían dado. Pero también, se quedó un poco más, esperando algún tipo de aroma que nunca llegaba.

-Debo irme...-le murmuró Kenma, aún con él en su cuello. Ya podía divisar a Kuroo en la esquina y la situación comenzaba a incomodarlo. Bokuto se aparto, cruzó saludos con el azabache, y se fueron por caminos separados.
Las primeras cuadras entre ellos fueron en silencio, a ninguno se le escapaba más de una palabra. Pero Kuroo rompió la incomodidad, agregando una nueva

-¿Te gustaría estar enlazado a alguien? -Kenma abrió los ojos de la sorpresa, y se detuvo por un instante.

-¿Por qué preguntas algo como eso?

-Creo que sería lindo poder estarlo con quien estás enamorado, así nadie de afuera los molestaría.

-No sabés lo que estás diciendo

-¿Eso es por qué mi cerebro es como una nuez comparado al tuyo? -Kuroo bromeaba, y su risa lo dio a entender, pero el semblante de su compañero no cedió en ningún momento.- Kenma, ¿Qué es lo piensas al respecto? Sé que tienes razones para decir algo así.

-Mis padres están enlazados -Kuroo lo sabía, pero fingió sorpresa- Cada vez que mi padre viaja, yo duermo en la habitación de mi madre. Creo que me has cargado por eso cuando te enteraste -le recordó con una sonrisa un poco débil- Si el viejo asqueroso o mi madre se acuestan con otras personas, sus enlaces empiezan a bombearles por dentro, así que esos minutos u horas que duren, son una tremenda agonía para el otro. Por eso no dejan a mi madre salir mucho de casa, no se puede correr el riesgo de que ella sea la infiel. Una vez googlee que pasaba si dos enlazados se separan y resulta que también sufren por no poder tener contacto entre ellos, algunos hasta se mueren de tristeza, por más de que no sientan amor... -la voz de Kenma quebró, pero siguió hablando con el aire justo- ¿Entiendes? Yo voy a dormir con ella porque no puedo dejarla luchando con su soledad -Kuroo se detuvo en ese instante, algo le impedía seguir caminando. ¿Dieciséis años siendo amigo de alguien a quien no pudo acompañar en tan tormentosas noches? Todas sus ideas respecto a lo hermoso de estar ligado a alguien de por vida, se desmoronaron.

-Kenma yo...-Se giró para verlo y notó los ojos vidriados del menor, agarró su muñeca y lo atrajo hacia su pecho, le dio refugio, le acarició el pelo, lo abrazó fuerte y le pidió perdón. Pero su mirada estaba en el aire, invadida de ideas, y a la vez, amortiguada por un ameno aroma que empezaba a expirar de los poros de Kenma; aroma que nunca dejó de sentir.



[OMEGAVERSE] Kuroo x Kenma (kuroken)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora