Primera vez

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-Mi idea es irme el lunes, pero si vemos que las cosas con tu padre van muy mal, me quedaré hasta que se resuelva todo. Seguramente vayan mal, nunca va a aceptar a un alfa de cuarta como yo. ¿Debería acomodarme el cabello? -El azabache se había largado un extenso monologo luego de que las lágrimas de Kenma cesaron y ambos se quedaron recostados boca arriba en la cama del mayor.

-Hm -Kenma se giró y observó detenidamente el rostro de Kuroo.

-¿Por qué siento que estoy hablando conmigo mismo? -ladeó una sonrisa e imitó el movimiento del omega, quedando frente a él.

-¿No hay nada que quieras hacer? 

-¿H-hacer? -Kuroo se ruborizó enseguida y rascó su cabello, nervioso- Bueno, hay muchas cosas, sí. Pero siento que ahora estoy bien sintien...-Detuvo su habla al sentir que el ambiente recibía el aroma café característico del omega. Sus ojos se tornaron brillosos, miró a Kenma, quien le sonreía de manera provocativa. 

Movió un poco su cabeza para despabilarse, pero el omega era insistente y su rasgo dominante nunca retrocedía una vez que empezaba.

-¿Estás seguro? ¿No quieres esperar a...? ¡Ah! ¡Al diablo con todo! -gritó cuando dejó de buscarle lógica a cada cosa que hacían. Estaban cansados de ser correctos, ambos se deseaban y ese no era ningún pecado. Kuroo se posicionó sobre Kenma, quien lo recibió con los brazos abiertos dispuestos a abrazar su cuello y suspirarle en el oído.- Eres malditamente provocativo, y lo peor es que lo sabés.

-Para algo tenía que servir ser un omega. Aunque me gustaría que estés conmigo sin necesidad de liberar mis feromonas.

-Kenma, las cosas que he hecho pensando en ti, no necesitaron de ningún olor para excitarme -el omega se sonrojó al escuchar al alfa hablar de esa manera sobre él. Kuroo pasó su pulgar sobre los labios de Kenma e inmediatamente depositó sus propios labios sobre ellos. Corrió el cabello que obstruía el camino y llevó su mano a una de los muslos del menor, para indicarle que rodee su cintura con ellos.
Las piernas de Kenma rodearon a Kuroo y lo atrajeron a él; ambos dejaron salir un gemido y luego cubrieron su boca por la vergüenza. Al notar lo infantes que eran en el asunto, ambos empezaron a reír.

-Esto va a ser complicado -murmuró Kenma, pero Kuroo no tardó en callarlo con otro beso mientras le levantaba la remera y le pedía que colaborara elevando sus brazos.
Con el pequeño torso ya desnudo, fue cuestión de segundos antes de que Kuroo se apropiara de uno de los pechos de Kenma con la mano, y sometiera su otro pezón a ser absorbido por su boca. El omega echó la cabeza hacia atrás y arqueó la espalda, sujetó los cabellos de Kuroo y movió su cintura para poder sentir el miembro del alfa rozando el suyo. Kuroo lanzó un gruñido de impaciencia, ahora las feromonas de ambos se peleaban para poder dominar el otro, aunque era evidente quién perdía.

-Si vieras tu cara en este momento, no podrías resistirte a ti mismo -le murmuró el alfa al oído y luego se alejó para poder quitarse la camisa que llevaba, botón por botón.- ¿Quieres darte vuelta? -le preguntó. Notó en ese instante cómo el cuerpo de Kenma se erizaba en un tiemble, producto de una mala experiencia anterior en esa posición. El omega se dio vuelta, sin contestarle, pero Kuroo no le permitió avanzar. 
El alfa se recostó a su lado, boca arriba, y levantó al omega con una sorprendente facilidad para colocarlo a horcajadas de él.

-No quiero que hagas nada que te incomode, Kenma -le dijo seriamente. Kenma, cuando se dio cuenta de que fue vulnerable por un momento, liberó sus feromonas a una presión abismal, como mecanismo de defensa.- No soy tu enemigo...Kenma..-Al alfa se le dificultaba hablar con la agitación que el aroma a su alrededor le provocaba.- Ven acá, tranquilo...-acarició los cabellos que caían por encima de su hombro y le sonrío.

-Kuro...-se inclinó hasta quedar lo suficientemente cerca de su rostro como para que sus labios se rosaran- no quiero que nadie más que tú me haga esto, ¿Oíste? -se alejó de él y le sujetó el mentón con su mano, mientras lo miraba de manera desafiante. Kuroo permaneció serio un momento, pero sonrió al instante ante el gemido de Kenma. Las manos del alfa habían llegado hasta los muslos del menos y se disponían a terminar de desvestirlo por completo.

-¿Crees que voy a permitir algo similar? -nuevamente los ojos del alfa se tornaron dorados, mientras sus pupilas se dilataban y los colmillos amenazaban con salir- voy a arrancarle la yugular a cualquiera que te toque un mechón de pelo. -le retiró lo que le quedaba de ropa, y gozó de la figura del menor, completamente desnudo, encima de él. Relamió sus labios y pasó el dorso de su mano por las piernas del omega, luego el abdomen, un pezón, el mentón, la mejilla, la oreja, mientras era seguida por su vista. El omega lo dejó terminar su recorrido, y luego de eso, bajó su mano al miembro sobresaliente que asomaba su bulto en el pantalón de Kuroo. Lo masajeó sin apartar la mirada de los ojos dorados del alfa, que se cerraban de vez en cuando el placer lo obligaba a hacerlo.
El omega bajó la ropa del azabache lo suficiente como para que el miembro del mayor quedara fuera con total comodidad. Empezó a masturbarlo mientras éste se iba humedeciendo con facilidad.

-Ken-ma...-le murmuró mientras la respiración se le entrecortaba. Kenma miraba como el miembro de su pareja se enderezaba cada vez más, sus ojos brillaban ante la imagen de Kuroo, quien le gruñía y arqueaba su espalda ante él- ¿hay algo que hagas mal? -le preguntó y enseguida llevó sus manos a la cintura del omega. Con sus palmas podía rodearla tranquilamente. Movió a Kenma para dejar su apertura a disposición, y antes de introducirlo, confirmó que ambos estaban lo suficientemente humedecidos como para no requerir lubricante.
Empezó a bajar a Kenma con suavidad, quién se tapaba el rostro de la verguenza. Luego habría tiempo para quitarle las manos, ahora debía encargarse de que su miembro entrara con comodidad dentro de él.

Lo penetró y no pudo evitar suspirar del placer que esto le provocaba. Kuroo estaba completamente cómodo y cálido, pero podía darse cuenta que Kenma aún no estaba del todo cómodo. Era la primera vez que tenían relaciones correctamente, y la primera vez de Kenma no fue parámetro de una buena experiencia.

-Ey, mírame -Kuroo le sonrío y posicionó una mano sobre su mejilla- ¿Quieres que te mueva? -Kenma negó con la cabeza, pero la razón no era dolor o nervios, sino que él mismo empezó a elevar su cuerpo y bajarlo a un ritmo lento pero considerable, sintiendo en sus paredes internas el miembro de Kuroo entrando y saliendo en un camino totalmente estrecho- ¡Maldita sea, Kenma! -gimió más fuerte de lo normal- ¡Estás jodidamente apretado! ¡Qué sensación tan buena! -le siguió diciendo. Esto puso a Kenma mucho más duro de lo que estaba, y empezó a masturbarse a sí mismo mientras subía y bajaba su cuerpo.
Kuroo no soportó más ser el pasivo del momento, así que retiró la mano de Kenma de su miembro, y fue el azabache quién lo masturbó con más énfasis de lo que el omega lo hacía. Con su otra mano, agarró ambas muñecas del omega y las aprisionó en el aire, mientras que su cadera ejercía la fuerza suficiente para manipular los movimientos pélvicos por sí misma.
 Kenma aguantó mucho menos a la hora de acabar, enseguida llenó el cuerpo de Kuroo con su semen.
Kuroo estaba a punto de hacerlo, pero recordó un detalle no poco importante... ¿y el condón?. Al sentir que estaba a punto de eyacular, quitó su miembro y se masturbó fuera del cuerpo de Kenma, acabando también en su propio pecho.
Ambos quedaron exhaustos, pero el alfa no podía tolerar ser el único ensuciado, así que abrazó al omega de la cintura y lo arrinconó sobre su pecho, mientras se echaba a reír.

-¡Ajs, esto es asqueroso, Kuro! -quiso apartarlo empujando su pecho con sus manos, pero se dio cuenta que ahora también había manchado sus palmas. Frunció todo su rostro en señal de desagrado, mientras el azabache no paraba de reír con aquellos gestos.
Kuroo le propuso bañarse juntos, y luego de algún que otro toqueteo abajo de la regadera, ambos se cambiaron con prendas de Kuroo y ayudaron al otro a secarse... bueno, Kenma secaba a Kuroo mientras el mayor se acurrucaba en el pecho del menor y seguía absorbiendo su aroma.

🌱

-Madre, ponte de pie. -le ordenó Kenma al no poder tolerar como ella se humillaba al ponerse de rodillas ante su marido, ya que le suplicaba que por favor escuchara a Kenma y a Kuroo.- ¡Ma! No debes de arrodillarte ante su esposo, no es superior a ti-volvió a repetirle mientras la jalaba del brazo.

-Son tan ridículos ...-murmuró el señor Kozume mientras reía maliciosamente. Dirigió su mirada al alfa azabache que también estaba arrodillado esperando ser oído. El único que nunca agachó la cabeza, fue Kenma.- recibo una llamada del señor Kotaro diciendo que hay cierto matrimonio que se arruinó, y yo me pregunté...¿Cuándo di mi autorización? Ahora me vengo a enterar que unos cuatro muchachitos insolentes y una mujer estúpida juegan a la casita en mi ausencia -del enojo que tenía, agarró los papeles del matrimonio que tenía en el escritorio y los arrojó en la cara de Kuroo, quien cerró los ojos y permaneció callado.

-¡¿Qué mierda te pasa, viejo?! -las feromonas de Kenma empezaron a dirigirse ante su padre, quién intentaba mantenerse firme.- No insultes a mi madre, poco hombre.

-¿Tú me vas a hablar de poca hombría? Si eres una mujer con pene, nomás...-se echó a reír por su propio chiste, pero ante eso, la madre de Kenma también se puso de pie.- ¿Qué quieres? No voy a hablar contigo, menos con el sabandija que sigue en el piso.

-Sabes que te permito muchas cosas, pero no voy a tolerar que le hables así a Kenma. -sentenció la mujer. Kuroo se avergonzó un poco por la cobardía que sentía ante el señor Kozume, pero también sabía que la violencia que se estaba llevando a cabo no iba a llegar a ningún lado. Por eso permaneció en el suelo, en silencio, siempre mostrando respeto al señor.

-Mira lo que has hecho, hijo. Traes a ese pobre muchacho a dar la cara ante mí, me obligas a discutir con tu madre. Generas un revuelo por algo que no tiene negociación. Bajo mi tutela, vas a tener un compromiso que me favorezca. A ver, les daré una oportunidad ¿Qué tienes para ofrecerme, sabandija?

-Yo... estoy estudiando en Estados Unidos para poder heredar la empresa de mi abuelo y la de mi padre, hacerlas una, y....

-¿Cuánto tiempo llevará?

-Hasta ser algo digno para usted...unos cinco años...


-¡¿Cinco años?! -volvió a echarse a reír- Ajs, me enojo con ustedes pero no dejan de ser unos niños ignorantes. No me quiero enojar, Kenma, voy a realizarte una ficha para citas a ciegas. Dejaremos a Kotaro en paz después de la vergüenza que me hicieron pasar. Ese era un buen muchacho, ahora no me va a importar si te casas con un hijo de puta. 



Fue doble capítulo hoy, porque me quedó corto el anterior. 

Espero que lo disfruten también :D

[OMEGAVERSE] Kuroo x Kenma (kuroken)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora