Capítulo 18

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No sabía cómo explicarle las cosas a Adrián, dudaba incluso del momento adecuado porque por la conversión él estaba débil. Yo sabía lo que era atravesarla con angustias. Los asesinatos de mis amigas y la desaparición de Savannah me atormentaron durante todo el proceso, incluso enterarme de que Diego había sido un asesino en su vida humana me provocó pesadillas. Agradecía que él pasara la mayor parte del tiempo dormido, eso nos dió un poco de ventaja.

—¿Cómo será el funeral de Andmeé?— pregunté de camino al hospital, íbamos en el auto.

—Cuando regrese veré eso.

—¡Ay no!— me quejé al recordar —Savannah...

Daniel hizo una mueca de impaciencia.

—Creo que estamos bastante ocupados con lo que pasa como para ocuparnos de eso también.

—Pero ya debe estar viajando, no me gustaría hacerla esperar... Por cierto... ¿Qué le han dicho?

—Sabe que la zrasny quiere reunirse con ella pero no que eres tú. Puede que piense que queremos verla para elegirla como esclava personal.

—¿Por qué no sabe quién soy?— fruncí el ceño, un poco nerviosa.

—Tú misma puedes responder eso.

El nombre de Daniel era más que famoso entre los vampiros, por supuesto. Incluso para conocimiento popular, los gemelos de mi esposo también se llamaban Daniel. Mientras que los nombres de sus esposas, al igual que el mío, carecían de importancia. Era más una medida de seguridad y celos realmente.

—Sabes a lo que me refiero. Han podido decirle específicamente a ella que se trataba de mí, para que estuviera tranquila. Entonces sabría que todo estaría bien para ella de aquí en adelante. Sé que confía en mí.

—¿Confiar en ti?— arrugó la cara —Damara, ¡Ni siquiera sabe que estás viva! Entiende algo: Tú vida y la suya, desde la última vez que la viste hasta hoy, han sido muy diferentes. Para empezar, ella no sabía nada sobre vampiros. Esa noche asesinaron a su madre, y es algo de lo que no sabemos si está al tanto o no, puede que viva con la incertidumbre de saber lo que le pasó. Fue malherida, casi hasta la muerte. Despertaría sola, o rodeada de unos desconocidos vampiros hostiles que sólo esperaban su recuperación para convertirla en algo que ni siquiera entendería. Para someterla, y torturarla hasta lavarle el cerebro lo suficiente como para que cuando volviera a ver la luz del sol, no tuviera la voluntad de hacer nada más que dedicar su triste existencia al servicio sin chistar. Un proceso de años. ¿Entiendes eso o no?, ¿De verdad crees que encontrarás a la misma chica?— con su segunda pregunta pareció alterado.

Me quedé callada.

—Dime— insistió —Porque sí me dices que sí, Damara... — exhaló con desilusión —De verdad no sabré que opinar al respecto. Me preocupas, te lo digo sinceramente.

Preferí no alegar. Me quedé mirando por la ventanilla hasta salir de los bosques, seguir por la carretera y entrar a la ciudad. Yo entendía su posición, y no sabía lo que había vivído Savannah, pero imaginaba que, si yo estuviera atrapada en una vida miserable, me agradaría ver un rostro conocido. En especial si este rostro ahora tenía tanto poder, si podía poner a mi alcance lo que sea que hubiera soñado. Eso era lo que yo quería hacer por mi amiga. Compensar su infierno y darle el paraíso que me pidiera, no importaba qué. Libertad, dinero, protección, lo que sea que necesitara para ser feliz hasta la muerte, yo se lo pondría a su alcance. Creo que era una buena forma de enmendar mi culpabilidad. Si yo no hubiera salido de mi casa, las desgracias nunca hubieran arrastrado a nadie más.

Todavía pensaba en esto cuando estacionamos frente al hospital.

Al llegar nosotros, Mary Angelle todavía estaba en cirugia. Diego necesitaba compañía y apoyo definitivamente. Aguardamos con paciencia hasta que el médico nos avisó que habían terminado. Y seguimos esperando hasta que mi sobrina despertó.

Corona de Sangre  | Libro 7Donde viven las historias. Descúbrelo ahora