Aquella noche bajo la lluvia la luna fue testigo del amor que apenas florecía entre ambos jóvenes, bendiciendo en silencio aquella unión cuyo final los destrozó
-𝘗𝘰𝘳 𝘧𝘢𝘷𝘰𝘳...𝘯𝘰 𝘮𝘦 𝘥𝘦𝘫𝘦𝘴...
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🐈 Chat Noir / Adrien...
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–¿Una nueva alumna?
Tras escuchar accidentalmente a la maestra Bustier, Marinette había informado de la noticia a su mejor amiga Alya, quien pronto le contó a su novio quien le contó a Adrien, empezando el rumor en el salón de que una nueva compañera se incorporaría con ellos.
–Ay no ¿Y si es como Lila?.– Susurró para si misma la azabache, empezando a imaginar la peor situación posible.
Los alumnos murmuraban sus pensamientos sobre la noticia entre ellos, iniciando un bullicio en aquel salón de adolescentes. Cuando la maestra entró, silenció a sus alumnos para poder empezar la clase, sin embargo, la pregunta que le hizo uno de sus estudiantes la entristeció.
–¿Tendremos una nueva compañera llamada (____)?
Observó sorprendida a sus alumnos, recibiendo miradas de curiosidad y emoción de su parte, les respondió con la pena y tristeza dibujada en su rostro.
–No tendrán una compañera nueva, ella no se incorporará a las clases presenciales.– Se apoyó en su escritorio.
La confusión invadió el salón de clases ¿Una compañera que no iría a clases? Sin embargo, antes de que alguno pudiera interrogar a la maestra, esta interrumpió sus pensamientos iniciando la clase, terminando así con el tema.
Esa misma noche, la oji plata se dirigía nuevamente a su instituto, murmurando una melodía cuyo ritmo lento y suave era disfrutado únicamente por la joven y los astros que la acompañaban. Su alegría aquella noche se debía a el precioso rosal en su jardín, cuyo brote había cuidado desde hace meses, siendo recompensada con un pequeño capullo rojo cuyo nacimiento había alegrado su día.
Tras recoger todos los trabajos de aquel día, se dirigió nuevamente a su hogar, esta vez sosteniendo algunos apuntes entre sus manos.
–Una joven tan bella no debería cargar con tantas cosas mi Lady
Volteó la mirada para encontrarse con el minino enmascarado, quien le ofrecía una amable sonrisa. Antes de que ella pudiera contestar, el chico tomó sus papeles y los cargó por ella, dando un discreto vistazo a su contenido. «Son los apuntes de hoy» pensó.
–Gracias Chat, aunque estoy segura de poder cargar unos pocos papeles yo sola, no rechazaré tu ayuda.– Respondió con una sonrisa, provocando en el contrario un pequeño sonrojo carmesí.
Ambos emprendieron camino al hogar de la joven, siendo guiados por esta misma. En el trayecto, una melodía volvió a surgir en sus labios, empezando a entonarla suavemente ante la atenta mirada del oji verde.
–Ho~ho~ fukarou ga shiraseru.– Cantó de forma melodiosa mientras comenzaba a moverse al compás de su tonada.– Ho~ho~ kyaku ga kita to.
El chico se mantuvo en silencio, admirando la belleza de la joven ante el cuya voz cantaba aquella canción de cuna de forma jovial, siendo iluminada por el suave manto de la luna quien escuchaba en las alturas la melodía que su joven hija había compuesto en su honor. El vestido ligero se movía junto a su dueña, reflejando la poca luz de la noche en sus pliegues blanquecinos, dando por un momento al héroe la ilusión de que su compañera brillaba como una estrella ante el.
Sus labios se curvearon para formar una pequeña sonrisa, no conocía la razón de la alegría de su acompañante diurna, sin embargo, aquel sentir se le había contagiado al verla tan feliz ante el. Aquella noche, el héroe de negro había hecho una promesa privada ante la luna, y es que protegería la sonrisa de la oji plata cueste lo que cueste a partir de entonces.
