Nagito se consideraba a sí mismo un buen observador. No es como si pudiese realmente halagarse, después de todo jamás estaría a la altura de cualquiera de sus compañeros y estaba seguro que cualesquiera de sus suposiciones serian derribadas ante la esperanza que ellos usarían, pero, dejando eso atrás, más que un pasatiempo, era una mala costumbre.
Costumbre adquirida por estar mayormente a solas.
Por lo que casi sin intensión, y repitamos, casi, porque no había nada más maravilloso que observar a sus compañeros, sabía bien como eran las relaciones entre todos y que harían todos en un día común y corriente.
Entre esa rutina, Hinata aparecería en alguno de los lugares donde sus compañeros estarían, porque casi como si se tratase de un juego, el primero que viese a Hajime, se lo llevaría por el resto del día y viceversa si es que el castaño se encontraba buscando con quien pasar su tiempo.
Mas algo que nunca cambiaría, sería que al final del día, el estudiante de reserva pasaría sus últimas horas jugando con Nanami en la fuente.
Pero ahora...
La rutina había cambiado al parecer y era obvio que sería notado por sus compañeros, porque ahora quien se encontraba "reclamando" a Hajime, era él. No era su intensión por supuesto, pero algo con lo que Komaeda no había contado, era que sus caminos inevitablemente se encontrarían al ir hacia la academia.
Cosa que antes no hubiese afectado en lo más mínimo, mas la diferencia ahora se encontraba en que eran... amigos. Y los amigos si se encuentran, caminan inevitablemente juntos hacia el punto en común.
Por lo que, a primera hora de la mañana, entrando a la academia, Komaeda se encontró con más ojos puestos en su persona, bueno, más de lo que estaba acostumbrado.
No solo era considerado alguien extraño para sus compañeros, sino que también era sabido de su adversidad a la idea de que Hinata estuviese a su alrededor debido a su falta de talento. Teniendo como conclusión varias mentes confundidas.
Por supuesto, ninguno de ellos había sabido de su charla y de su encuentro el fin de semana, nadie se hubiese esperado que caminasen tan tranquilamente juntos luego de varios obvios encuentros no precisamente buenos.
No es como si en algún momento clamasen odiarse, pero las diferencias quedaban claras ante todos y nadie dudaría dos veces en encontrarlo como "culpable" de cualquier tipo de pelea que surgiese.
Y es que siendo sincero consigo mismo, Nagito sabía bien que todos al final del día estarían del lado de Hinata, sin importar demasiado la situación, después de todo, él era su amigo, mientras que Komaeda, a pesar de compartir unos buenos momentos debido a la insistencia de Nanami por estar juntos como salón, nunca había conseguido conectar con ninguno de ellos.
Era solo una realidad, una amarga y que todavía lo dejaba con una sensación vibrante de envidia hacia el castaño, quien ahora, tal como era sabido, era consciente de lo extraño que se veían juntos.
Hinata podría ser algo distraído e incluso denso a veces, pero sin duda alguna, era rápido en captar el ambiente y las miradas a su alrededor.
Pero por ahora, ninguno decía nada. Quizás más tarde, cuando el tiempo libre empezase, Hajime se tomaría el tiempo para explicarle a quien sea que pasase el receso con él, las razones para el evento sorpresa que estaban pasando en esos momentos.
Y tratar de convencer a quien sea que lo escuchase de que su decisión no había sido un acto de locura. Lo cual, en sí, lo era, si le preguntabas a Komaeda, pero esas solo eran sus opiniones. Ni si quiera un estudiante de reserva promedio se acercaría a él sabiendo los rumores a su alrededor.
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Entre la Multitud
FanfictionCuando se trataba del mundo, Komaeda estaba seguro de ser la persona que más claro tenia como funcionaba. Aquellos que nacían con talento estarían destinados a brillar en él, mientras que los demás, estarían destinados a ser simples escalones para...