Decir que Nanami era como un ángel sería poco a los ojos de Nagito.
Aquella talentosa chica que conseguía despertar un sentimiento de dulzura en los corazones de todos aquellos con los que hablaba, era algo tan impresionante que dejaba a Komaeda gritando internamente.
¡Tal muestra de esperanza lo derretía de pies a cabeza!
Estaba seguro que, si alguien cumplía las expectativas que los símbolos de la esperanza deberían tener, esa sería su representante.
La tan amable y a veces algo inexpresiva, Chiaki Nanami, conocida como la gamer definitiva.
Quien por alguna razón había mantenido un interés en Hajime Hinata, el estudiante de reserva y su más reciente –por no decir primer— amigo.
Ah, la mala suerte de que la primera persona con la que experimentara cierta conexión fuese un simple y nada talentoso chico, realmente era algo de lo que reírse por lo absurdo de sonaba, sin importar cuantas veces se lo repitiese a sí mismo.
Pero ahí estuvo, varios días a su lado, riendo y conociéndolo como si no fuese nada y, por si fuera poco, siguiendo un plan de amistad que se suponía funcionaria para que Nagito se integrase a sus compañeros de clase.
Ah, que desesperante.
Aunque bueno, si Komaeda tuviese que culpar a alguien por sus propios sentimientos egoístas de desear ser aunque fuese un poco más cercano a sus compañeros, seria al mismísimo Hinata.
¿Por qué? La respuesta era fácil a sus ojos.
Si tan solo el castaño se hubiese quedado en su puesto como un simple humano más, en vez de acercarse a sus talentosos compañeros cual parásito, siendo para colmo aceptado y amado por ellos...
Entonces el albino jamás hubiese sentido el ardiente deseo de poder también formar parte de aquel hermoso y esperanzador grupo.
Así que, luego de pensarlo por algunas noches, era justo que Hajime ocupase el papel de intermediado, después de todo, aquellos sentimientos impuros nacieron gracias a él.
Quién lo diría, él, una basura no reciclable, lo más bajo de los talentos, intentando ser amigo de su clase ¡qué acto tan loco era eso! ¡Incluso con su mala suerte atormentándolo!
Definitivamente Nagito estaba descendiendo a un nivel más bajo que la basura a este paso.
Pero aun así seguía estando ahí, emocionado frente a su nueva computadora, con un juego que nunca había tocado en su vida, esperando que fuese la hora en donde Nanami y Hinata se conectarían.
¡Hace cuánto tiempo no había experimentado el deseo de que una reunión llegase!
No era lo mismo que cuando salían entre todos, en las juntadas en las cuales la representante los invitaba a pasar un momento en grupo. Esto era algo, más bien privado, donde había sido invitado exclusivamente a pasar el rato.
Sin poder evitarlo, sus manos abrazaron su cuerpo, observando la pantalla en una reunión en algo llamado discorhope, la emoción recorriendolo de arriba abajo ante todos los malos caminos que esta decisión podría tener, y aun asi, quería ya empezar con esto.
Realmente era una basura, peor que la basura ¡sus acciones realmente eran horribles! Aferrándose a la esperanza que esta reunión podría traer, cual polilla hacia la luz, ah quizás debería simplemente irse y—
"Komaeda..."
Sobresaltado al escuchar una voz, Nagito no pudo evitar mirar hacia atrás, hasta simplemente recordar que estaba con aquellos gigantescos auriculares que Hajime había dicho que eran buenos.
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Entre la Multitud
FanfictionCuando se trataba del mundo, Komaeda estaba seguro de ser la persona que más claro tenia como funcionaba. Aquellos que nacían con talento estarían destinados a brillar en él, mientras que los demás, estarían destinados a ser simples escalones para...