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POV Harry

Querido Harry

He estado recordando nuestra anterior conversación.

Así que me veo en la obligación de cumplir su superfluo deseo y proponerle que nos reunamos nuevamente para charlar de manera amena, mientras degustamos algunos de los laboriosos platillos que suele elaborar.

También, (y según lo que entendí mientras soltaba su perorata acerca de "El desarrollo de nuestra relación" como usted mencionó) le permitiré que se encargue de escoger el sitio que ocuparemos, considéralo como un acto de buena fe y asegúrese de que el lugar sea por lo menos apto para nuestras exigencias y necesidades, a la vez que se encuentre libre de personas que puedan intervenir en nuestra reunión.

Tenga en cuenta de antemano que estaremos dialogando acerca de temas personales y serios, así que procure ser lo más discreto posible para que nos encontremos libres de ataduras.

Estaré a espera de su confirmación.

Anguis Prudens

Harry bufo en cuanto terminó de leer el papel en sus manos, Anguis era alguien verdaderamente difícil de tratar, pero eso no evitaba que se sintiera ansioso por la invitación. Se secó las palmas de las manos en su pantalón para después tomar papel y pluma mientras se sentaba en su escritorio y pensaba en su respuesta.

Había conocido a Anguis en su trabajo, era un tipo interesante, probablemente uno o dos años mayor que él, de cabello café tan obscuro que casi parecía negro, sus ojos como zafiros que refulgían con la luz del sol.

Al conocerse Harry se había sentido incómodo con su presencia, pues, aunque evitase pensar en ello aún consideraba que él sumamente atractivo Anguis Prudens tenía un terrorífico parecido con Tom Riddle. Inicialmente eso lo perturbó de sobremanera, le había costado acercarse a Anguis sin tener escalofríos corriendo por su espalda y se sentía constantemente invadido por el deseo de sacar su varita y apuntarle directamente.

Incluso llegó a jurar que de vez en cuando los bellos zafiros que tenía por ojos centelleaban en tonos rojizos, con brillos que le atraían y al mismo tiempo conseguían turbar su conciencia.

Pero con el tiempo y después de mucha, de verdad mucha convivencia, el reacio Anguis Prudens, había logrado ganarse a Harry a base de charlas amistosas de casi cualquier tema o de largos y amenos silencios que nunca se creyó capaz de disfrutar.

Anguis trabajaba para el ministerio en Francia y era verdaderamente inteligente, sabía acerca de casi cualquier tema del que se le hablara y no aparentaba la edad que tenía en cuanto a conocimiento y madurez, simplemente a Harry le parecía mucho mayor.

Años atrás cuando la guerra tuvo fin, él se sintió sumamente presionado respecto a las expectativas que aún tenían en él. Harry había huido de su trabajo, prometida, amigos y las personas que consideraba familia.

Le tomó unos cuantos meses reunir su valor perdido para mandarle una carta a todos sus conocidos cercanos en donde les informaba que se había mudado a Francia y le tomó por lo menos tres visitas y muchos abrazos para asegurar que se encontraba bien.

A pesar de todo, aún se estaba completamente perdido en los duros recuerdos que la guerra había tatuado en lo profundo de su memoria y se encontró decidido tomarse las cosas con calma respecto a lo que quería hacer con su vida, después de todo la fortuna que guardaba en sus bóvedas podría durarle para mantenerse toda la vida, pero terminar siendo mantenido por todo lo que le habían heredado no era su plan, aunque debía admitir que se escuchaba tentador.

Actualmente se había vuelto profesor "particular" y enseñaba un poco de todas las materias; se encargaba de dar tutorías a niños magos, por lo general mestizos e hijos de muggles que no habían tenido contacto previo con el mundo mágico para ayudarlos a no retrasarse en sus estudios generales y en la integración al nuevo mundo que era más que confuso.

Las tutorías solían llegar como cartas de solicitudes de parte de su ex profesora McGonagall para ayudar a los niños cuando lo necesitaban y también ayudaba a los padres a aceptar a sus hijos magos, para evitar que vivieran algo similar a lo que él.

Por otro lado, también se había vuelto un hacedor de protecciones bien reconocido y estimado por la comunidad mágica, en general nunca le faltaba el trabajo y estaba verdaderamente feliz.

Al principio había pensado en enseñar en Hogwarts, pero la idea dejó de interesarle cuando habían comenzado a acosarlo hasta en el departamento que compartía con su prometida Ginny (de verdad que les interesaba tanto su vida personal que ya era molesto). Esa era una razón más por la que se había mudado a Francia. Además de que podía ayudar a los jóvenes magos para que no tuviesen un momento difícil, mientras que ser hacedor era interesante y más entretenido que cuando ser auror o maestro en Hogwarts. Al menos en Francia no lo acosaban tanto como en Inglaterra.

La primera vez que vio a Anguis fue en la fiesta que había organizado su más cercano cliente y amigo.

Ese día Anguis Prudens se le había acercado para charlar un poco con él, aunque al final solo habían hablado de temas superficiales, y terminó contratándole para renovar las protecciones alrededor de su propiedad.

Así fue como termino un fin de semana en una enorme mansión, sentado en un bonito sofá de cuero negro mientras tomaba té y le hablaba de su vida. Al principio un poco incómodo y rígido, pero después más tranquilo. Aunque la verdad le costó un poco acostumbrarse a su imponente presencia.

Extrañamente la situación de Anguis tenía unas cuantas similitudes con la de Tom Riddle, pero Harry decidió ignorar eso, después de todo su obsesión con el ex Lord Tenebroso debía parar en algún momento.

Después de esa visita estuvo teniendo pesadillas durante las semanas siguientes y rememoro por enésima vez la última batalla, cuando había visto estupefacto como Voldemort solo se había desvanecido en el aire, como si nunca hubiese estado ahí.

Eso le había dejado con un sentimiento agridulce y desde entonces sentía que algo le faltaba, como si estuviese muy lejos y no lo pudiese alcanzar por más que corriera tras ello.

Siempre con la sensación de estar a punto de atraparlo, pero como una snitch simplemente desaparecía entre sus dedos.

Era frustrante.




20-03-2021

Secretos y promesas bajo la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora