III

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POV Harry

Harry se limpió las manos en el pantalón, llevaba casi una hora intentando escoger que ropa iba a usar para su encuentro con Anguis, joder, ya no era un crio, y aun así se estaba comportando como una señorita nerviosa antes de su primera cita.

Definitivamente necesitaba una forma de calmarse, así que lanzó polvos flu a la chimenea, metió la cabeza y gritó el nombre de Hermione, esperando que ella apareciera en su campo de visión.

Poco paso hasta que empezó a pensar que su amiga no estaba en casa, cuando vio a Ron entrar corriendo a la sala.

—¡Harry, compañero!

—Ron, ¿Esta Herms? es que necesito pedirle algo—dijo nervioso.

—Oh si, ella viene en unos minutos, estábamos pensando en salir, ya sabes, hace tiempo que no salimos.

—¡Harry!

Ambos giraron la cabeza en dirección a la puerta cuando escucharon el feliz grito de Hermione, hacía tiempo que no hablaban en persona, se mandaban cartas con regularidad, pero habían estado algo ocupados con sus trabajos, así que les era un poco difícil verse.

Una vez que llego a lado de Ron se sentó en el sillón de atrás con cuidado, había estado a punto de hincarse en el suelo junto a su esposo, pero cada día le costaba más hacer ese tipo de cosas, además de que los mareos cuando se ponía de pie no eran nada agradables, y mucho menos las náuseas. Hablaron durante un rato.

—¿Acaso no era hoy tu cita Harry?—pregunto curiosa Hermione.

—En realidad, quería pedirte un consejo respecto a eso.

—Dios Harry, haberlo dicho antes. Llevamos como media hora hablando—comentó mientras se ponía de pie con ayuda de Ron—¿No se te hace tarde?

—Bueno no, aún tengo como una hora y media.

—Bueno, pues aparta que voy a ir para allá—informó mientras se acercaba a la chimenea.

—¿Qué?, no, no hace falta.

—Haz caso Harry, que desde aquí no puedo ayudarte con la ropa que te vas a poner.

Harry sintió la cara caliente, de seguro parecía una remolacha.

—Y-yo, nunca hable de ropa.

—Oh Harry, te conozco desde hace años y te vistes horrible—Ron se rió por lo bajo aun sosteniendo a Hermione— ,obviamente necesitas ayuda con la ropa. Ahora aparta de la chimenea.

—Pero el bebé, no es bueno para él bebe que viajes por chimenea—dijo tardíamente como una excusa.

—Él bebe va a estar bien, ahora sal de la chimenea.

Harry miró mal a Ron quien aún tenía una sonrisa burlona en la cara y se apartó de la chimenea a regañadientes. No pasó demasiado antes de que sus dos mejores amigos estuvieran ya en su casa.

—Merlín, ¿Qué es ese olor tan delicioso?

—¿Estabas cocinando?—preguntó Hermione mientras sonreía con cariño en dirección a Harry.

—Si, casi está terminado, solo faltan unas cosas.

Hermione sonrió aún más y se metió a la habitación de Harry mientras Ron curioseaba en la cocina.

—Ron, hay un plato sobre la mesa, les iba a llevar un poco cuando terminara aquí, pero puedes comerlo ahora.

—¡Gracias compañero!—exclamó felizmente Ron mientras se sentaba en el comedor.

Secretos y promesas bajo la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora