Un Roto Para Un Descosido *Mpreg* [Larry Stylinson] [HIATUS]

Mío

ADIVINEN QUIEN VOLVIÓ AL FIN!!!!!! ya sé que ayer puse el Hiatus y hoy lo voy a quitar e,e , pero es que falté a la escuela para poder tomar la laptop a escondidas y poder actualizar SÍ!! :c Mini se me había olvidado poner tu dedicación xd hasta ahorita me di cuenta que no la puse en serio perdón D: te dije que el cap sería especial y creo que esta es la ocasión

Les tengo regalito c: y es un capítulo largo.

ACLARO: De aquí en adelante habrá un GRAN cambio, las cosas parecerán ir muy rápido, pero no c:, les advierto y les diré como estará de ahora en adelante. Conocerán más a fondo la depresión de Harry, verán como él vive con esto, SENTIRÁN, que por el momento ese es mi objetivo principal, el dolor, la frustración y la ansiedad que él vive, en carne propia. Conocerán el otro lado de Louis, aquel lado que me estaba reservando, conocerán su otro yo. Los odiarán, los amarán y mi segundo objetivo es que lloren con ellos. Verán LA versión del amor en esta historia, conocerán aquel amor eterno, mortal y doloroso que yo tanto amo *o* así que ya chao :v ya les advertí.

Habían pasado dos largas horas desde que llegó a la fiesta. Cuando Zayn le dijo que había pasado una emergencia con el ojiverde, sintió como si su mundo se estuviese acabando, algo que jamás había sentido antes. Harry lo había rechazado, sí, pero eso no quitaba el hecho de que le amaba y por esa razón seguiría luchando y preocupándose por él, aunque fuese lo último que éste quisiese.

Cassie, a quien conoció esa noche, les dijo que su casa era la más cercana al lugar por lo que decidieron ir ahí, obviamente no iban a ir a la casa del ruloso con éste en ese estado de drogadicción, no iban a llegar y simplemente “oh señora, Harry se drogó, lo venimos a traer” por supuesto que no. Cuando llegaron a la casa de la rubia, ésta le indicó donde podía dejar al ojiverde, quien para entonces se encontraba dormido, pues al parecer no sólo había tomado LSD sino que también consumió una de sus pastillas para dormir, de las cuales, según Cassie y Niall, sólo suele tomar un cuarto. Al llegar dejó el frágil cuerpo del menor en la cama y se sentó junto a él, quedando al contrario, con su rostro apuntando hacia su cuerpo, se quedó absorto mirando al ruloso, estiró un poco su brazo y comenzó a acariciar el rostro pálido y terso del rizado. En ese momento se dispuso a observar con detalle su anatomía, pues cayó en cuenta de que nunca antes lo había hecho. Era bastante delgado, pesaría mucho menos de lo que debería pesar, era especialmente pálido pues parecía un pálido aperlado, se encontraba sin sweater por lo que pudo mirar a detalle sus brazos delgados, llenos de cicatrices, de heridas con costras que se encontraban en sanación y algunas cuantas heridas más que todavía se encontraban rojizas indicándole que eran bastante recientes. Sus manos eran delgadas y muy delicadas para ser de un hombre adolescente, tomó una de éstas entre la suya y entrelazó sus dedos, recostando sus manos unidas en sus piernas. Miró su pequeño y hermoso rostro, tan terso, sin imperfección alguna, notó aquellas ojeras oscuras tan características del ruloso, en ese momento los párpados y las bolsas de los ojos se encontraban entre rozadas y rojizas. Levantó la mirada para ver su ropa, la que él le había prestado que le quedaba perfecto.

-Descansa…- se levantó soltando el agarre de sus manos. Besó la mejilla del menor y se dispuso a salir de la habitación.

Se dirigió al primer piso donde se encontraban las tres personas con las que había arribado a la casa, al llegar pudo sentir escalofriantemente la mirada de su morocho amigo sobre sí. Entendía que estuviese enojado pues se suponía que eran sus mejores amigos a quienes les confiaba hasta el pecado más imperdonable y esto, nunca se los llegó a mencionar. Tenía miedo de que lo rechazasen, tenía miedo de sus sentimientos, tenía miedo de encontrar ese lado que nunca se mostró ante sí, tenía miedo de perderlo todo.

Al final la verdad le cayó en forma de agua helada, congelando cada parte de su ser, cada molécula de su cuerpo se quedó estática al descobijar sus sentimientos escondidos. Aceptar sus sentimientos fue la cosa más difícil que había tenido que hacer en toda su vida, pero sabía que en algún momento su verdadero yo lograría romper aquel delgado cristal que lo separaba de su yo actual.