Intenta buscar otro camino, otro amor.

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Había salido de la casa de Cassie con ella detrás, temprano en la mañana, pues había despertado y de sobra sabía que no habría comida en el refrigerador, por lo que decidió despertar a la rubia, para ir a algún lugar a desayunar.

-Cassie… despierta- susurró en su oído.

-¿Qué pasó, está todo bien?- se incorporó exaltada, causándole soltar una leve risita.

-No…- susurró –todo está mal- dijo, mientras apretaba los labios e interpretaba el rostro de un niño a punto de soltar en llanto.

-¿Por qué, Niall que pasó?- acarició su rostro.

-Todo está muy mal, Cassie- agachó la mirada y comenzó a “sollozar”

-¿Niall…?-

-No hay comida en el refrigerador…- soltó rápidamente.

-Niall… no tienes idea de cuánto te odio-

Salieron del cuarto, listos para ir a la calle, pero aún faltaban las otras dos personas que se encontraban en el otro cuarto. Se acercó a la puerta con la intención de tocar, pero un leve silbido lo detuvo.

-No, Niall…-dijo bajo- déjalos dormir-

No estaba seguro de que esa fuese la mejor idea, pues hacer eso, significaba dejarlos solos un largo rato y para ser sinceros, después del beso de ayer, ya no confiaba tanto en el zarco, ¿qué era eso de enamorarse de su mejor amigo sin decirle primero?, ¿qué acaso él no contaba para nada?

Prácticamente, ya lo sospechaba, pero también quería que alguno de los dos se lo dijese, aunque fuese un “¿y qué tal Louis?” pero no, se mantuvieron callados todo ese tiempo. Ni siquiera se enteró de cuando éstos comenzaron a hablar, lo único que sabe a ciencia cierta, es que un día el zarco se acercó a él para preguntarle acerca de los gustos del rizado y nada más. Hasta ahora entendía el por qué tanta insistencia, en que le dijese, mínimo su bebida favorita, aunque le dijo mucho más que eso.

Harry era diferente a la mayoría de las personas, incluso a ellos, que eran todos como hermanos. Él tenía gustos extravagantemente extraños y un tanto oscuros, él prefería la oscuridad a la luz, la bondad a la sinceridad y los días nublados a los soleados. Él amaba las cosas antiguas, como los castillos, las carretas jaladas por caballos blancos, los vestidos ampones. Él prefería la música clásica a la demás, aunque amase el rock y el metal. Amaba intensamente a Lana Del Rey, sobre todo cuando se encontraba bajo el efecto de sus antidepresivos más fuertes. Amaba descubrir bandas y decirle a alguien “descubrí una banda nueva y es genial” aunque jamás dijese cómo se llamaba, pues si algo odiaba era descubrir algo, decirle a alguien más y que éste se enamorara de lo que él primero hizo. Él era extremadamente celoso, con todo y con todos, sobre todo con su arte, para nada le gustaba prestar sus cosas y mucho menos regalarlas, a gente desconocida. Él amaba usar beanies, de todos los colores y de todos los tamaños. Él amaba los tatuajes y los piercings aunque tuviese ninguno. Él sobre todo, prefería estar la mayor parte del tiempo dormido o solo en la oscuridad de su cuarto. Él llamaba a las navajas “sus amigas” y cuando dice “ayer estuve con una vieja amiga” no se refiere ni a Cassie ni a  Kaya. Sabe de sobra que autolesionarse es malo para él, pero le gusta, es una droga para él y hay tiempos en que si no lo hace su cuerpo comienza a doler, los psiquiatras lo llaman “síndrome de abstinencia”. Él tiene muchas fobias, como caminar en la oscuridad, cerrar los ojos al bañarse, dormir con la puerta abierta y comer en lugares extraños, por mencionar algunos. Él también tiene muchas manías, como asegurarse una, dos y tres veces, si cerró la puerta con seguro, lavarse el rostro dos veces seguidas, asegurarse de tener los pies cubiertos por las cobijas cuando va a dormir, si existen dos cosas iguales juntas tiene que asegurarse de que estén paralelamente acomodadas. Tiene una obsesión con los números pares y odia todo lo que sea impar, le da terror tener un número de cortadas impar, odia las cosas más grandes que otras y cuando le dijeron en la primaria que su cuerpo no era asimétrico lloraba cada vez que se veía en el espejo. Harry, tenía muchas cosas más, pero eso fue lo que le dijo al castaño quien sólo lo miraba con la boca entreabierta. Uno nunca se imagina que alguien tan frágil y pequeño como Harry, pudiese tener tantas cosas en su cabeza.

Un Roto Para Un Descosido *Mpreg* [Larry Stylinson] [HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora