Sé que hay algo como resultado
de tu sonrisa.
Me doy cuenta por la
mirada en tus ojos, si [...]
Desde hace tiempo que siento esto pero hace poco lo he aceptado. Con solo mirarlo, los minutos pasan volando y no los considero desperdiciados. Mi corazón salta de alegría en su presencia, y me es suficiente tan sólo poder estar a su lado sin importar el tipo de relación.
A mí...
--Mocoso --salí de mis pensamientos al oír su voz.
--Ah, ¿eh? --lo busqué con la mirada y tragué saliva al cruzarme con su ceño fruncido.
--Te estoy hablando --dijo entre dientes con los brazos cruzados.
--L..lo siento... hum.. ¿qué decías? --dije sonriendo nervioso.
Lo único importante que cualquiera debe saber sobre Akasuna no Sasori es que detesta esperar y hacer esperar a otros. También me detesta a mí, a Hidan y al resto de Akatsuki. A veces pienso que incluso a sí mismo porque, vamos, muy pocas veces sale de dentro de esa marioneta espeluznante en la que se transporta.
--El veneno que dejé allí hace menos de quince minutos --señaló la mesa junto a mí --, ¿dónde está?
--Yo no me meto en tus cosas --respondí encogiendome de hombros.
Chasqueó la lengua murmurando algo sobre la muerte de Hidan y se alejó.
Esa misma noche me encontraba en mi cama tratando de dormir sin conseguirlo realmente. Suspiré dando vueltas en la cama hasta enfrentar a Sasori, durmiendo en la cama al otro lado del cuarto y quizás mis ojos me engañaban debido a la poca luz pero demonios ¿estaba sonriendo?
--¿Qué carajo? --susurré lo mas bajo que pude.
El simple hecho de que esté durmiendo ya era lo suficientemente extraño como para sumarle que sonría mientras lo hace. Se veía tan tranquilo, generalmente se duerme sentado o con un arma en las manos (no dudo que tenga una debajo de la almohada) y con el ceño fruncido como si en cualquier momento fuese a despertar.
Era diferente.
A la mañana siguiente desperté y él ya no estaba. Mientras me cambiaba se me vino a la mente su sonrisa de anoche y suspiré sintiendome idiota por pensar en ello.
Entré en lo que vendría siendo la cocina para buscar alimento antes de que llegaran Tobi y Hidan a devorarlo todo. Sasori estaba allí sentado.
--Hey --saludé siendo ignorado como siempre.
Hallé algo de comida y me senté frente a él. Dibujaba en una libreta.
--¿Nueva marioneta? --pregunté tratando de sacar conversación. Odio el silencio pero él solo asintió levemente, sin mirarme aún --. Sasori...
--¿Qué? --dijo fastidiado y alzó sus ojos. Me congelé un instante y él acabó por rodar los ojos.
No dije nada, por lo que volvió a su trabajo. Había algo diferente en él pero ¿qué era? Para cualquiera sería imposible de descifrar, pero he aprendido a leer un poco a este hombre. Puedo darme cuenta.
--¿Puedes mirarme un segundo? --dije sin pensar.
Él resopló y levantó la vista de nuevo. Nos miramos fijamente unos segundos hasta que pude captar la diferencia e incliné mi cabeza a un lado con extrañeza. Sus ojos no me odiaban tanto el día de hoy.
--¿Qué es lo que quieres? --preguntó tras chasquear la lengua.
--Ah, olvídalo.
--No sé para qué te hago caso --masculló regresando a lo suyo.
