Stuck with you

612 31 19
                                    

Nos hemos visto cada día
Tú y yo conocimos nuestras diferencias
Parece que no hay manera,
¿Cómo podríamos enamorarnos?

No estaba seguro de qué pensar apenas abrí la puerta encontrándome con un cuerpo inerte en el suelo. Apenas lo vi retrocedí asustado, ¿qué demonios ocurrió en este lugar? Respiré hondo para mantener la calma y pensar con claridad. Eso es, Itachi me advirtió sobre esto. Más bien, sobre esta persona y sus extraños hábitos de sueño pesado. Observé cuidadosamente el cuerpo frente a mí, buscando señales de vida que hallé al percatarme de los imperceptibles movimientos de su pecho al subir y bajar.

Me pregunté por qué alguien decidiría que la entrada es un excelente sitio para tomar una siesta en lugar de una cama o una maldita silla pero, nuevamente, Itachi me dijo lo impredecible que este tipo podía ser. Muy bien, no pasaba nada. Todo mundo posee algún hábito extraño ¿verdad?

No pude seguir especulando, pues el cadáver comenzó a moverse hasta que sus penetrantes ojos cenizos se posaron sobre mí.

--¿Quién eres tú? –preguntó con voz gruesa y algo rasposa producto de la siesta.

Lo observé sentarse mientras bostezaba y tronaba los huesos de su espalda. Aclaré mi garganta.

--Soy Deidara –respondí inclinando levemente la cabeza --. Itachi me envió. Seré su...

--¿Nueva niñera? –cortó fastidiado.

Asentí sin saber corregir el término.

Itachi y yo nos conocemos desde la secundaria y nuestras familias son cercanas por lo que nos vemos a menudo, hace poco me cruce con él en un restaurante y cenamos juntos. Charlando sobre todo un poco me platicó acerca de su trabajo y cómo cierto autor le estaba dando dolores de cabeza últimamente.

--Mas que su editor siento que debo andar detrás de él como si fuese su madre –había dicho en un suspiro --. Vive solo y todo lo que hace es trabajar, pero aun así siempre se atrasa con las fechas. ¿Sabes por qué?

Lo miré expectante tras negar con la cabeza.

--Cada cierto tiempo se desmaya debido a la falta de sueño o alimento.

Necesité unos segundos para entender que no bromeaba.

--¿Cómo es que sigue vivo? –pregunté horrorizado por que alguien pudiese ser tan descuidado con su salud.

--Es testarudo –rio Itachi --. Tú sabes, hierba mala nunca muere –suspiró una vez más y de repente me miró con ojos curiosos --. Tu madre me comentó que andas buscando trabajo.

Gruñí exasperado.

--¿También a ti? Esa mujer no puede estar callada ¿cierto?

--Oh vamos, se preocupa por ti. ¿Sigues sin hallar algo?

--En efecto –torcí los labios --. Nada se ajusta a mis horarios de la universidad y, realmente, no pienso dar prioridad a nada más.

--Lo entiendo –la pausa en su voz me hizo sospechar --. Creo que puedo ayudarte.

--¡¿En verdad?!

--Claro. No es muy complicado, dime... ¿sabes hacer labores domesticas?

Y así es como termine aquí, en casa de un problemático autor de novelas de terror que no sabe cuidar de sí mismo y me ha estado observando sin parpadear por un minuto entero como si pudiera escudriñar mi alma de esa forma.

--¿Qué edad tienes, mocoso?

Mordí el interior de mi mejilla en un intento de retener un insulto contra este tipo.

songfics sasodeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora