Para JiMin ese día había sido el mejor de su vida, había comido tantas delicias que no podía creer que los ángeles ya no bajaran ahí, es que todo era esplendido y maravilloso, tampoco comprendía como esos dos demonios delante suyo eran completamente diferente a lo que había escuchado de cómo se supone que debían ser los demonios.
—¿No te gustó? —Jeon se maldijo por la inseguridad que salió de sus labios, había notado que JiMin no había probado su desayuno y sólo lo miraba.
—Oh, ¡está riquísimo! —JiMin le tomó su fría mano y sonrió en grande. —Muchas gracias JungKook.
—No es nada... —¿Quién decía que un rey demonio no huía?, porque no habían visto como Jungkook se había soltado del rubio para ir detrás de la barra de la cocina —Hoy vendrás conmigo. —dice desde la cocina. —No puedes irte con nadie, no dejes que nadie te toque y si necesitas algo sólo pronuncia mi nombre.
JiMin frunció su ceño de manera graciosa, dio unos bocados más a su desayuno y se levantó para mirar a JungKook quien le daba la espalda, su cabello negro caía casi por sus hombros y su camisa blanca se transparentaba ligeramente.
La mente de JungKook había ido de un lado a otro durante la noche, no podía evitar sentir que JiMin tenía una idea completamente diferente de lo que él realmente era, era claro que el rubio creía que JungKook era alguien bueno y se lo iba a aclarar en ese mismo momento.
—JiMin, yo... —comenzó con su voz firme, pero pronto se silenció al escuchar como algo impactaba contra la mesa de madera que tenía en la sala.
—¡Por Dios! —JiMin se quejó después de unos segundos, JungKook giró y fue ahí cuando lo vio en el suelo mientras sostenía su pequeño pie. —¡Duele tanto!
—Eres un pequeño torpe. — y todo el gran diálogo que había planeado desde que habían llegado a la casa la noche anterior se había quedado en el olvido.
Se arrodilló ante él y con sus frías manos envolvió su pequeño pie que comenzaba a tornarse rojo, JiMin soltó un ligero quejido y JungKook besó el empeine con delicadeza, el ángel se había quedado en esa posición con un enorme sonrojo mientras el demonio le miró desde abajo.
—Jung... —el azabache se levantó y tomó su cintura, sus narices se rozaron con delicadeza. —Tú...
—¿Qué clase de Hechizo me has lanzado? —murmura bajito, como si no quisiera ser escuchado ni por él sí mismo. —No puedo evitar sentirme encadenado a ti.
—Todo lo que sé es que... —se perdió un corto tiempo en aquel mar de oscuridad, donde muy en el fondo veía la luz reflejada de su alma. —Es que mi hogar, mi cielo... Eres tú.
Con un ligero impulso, rodeó al demonio y besó delicadamente sus labios, el azabache se quedó helado ante el acto, pero pronto envolvió con más fuerza su cintura y siguió el beso, JungKook podría jurar que era los abultados labios del rubio eran el paraíso que le habían negado por toda su eternidad, lo que le hizo sentir tanta rabia y que no dudó en arremeter contra la dulce boca del pequeño ángel entre sus brazos, el cual no odiaba la idea, en absoluto, pero la razón golpeó a Jeon una vez más, con toda su fuerza de voluntad separó a JiMin en un seco empujón.
—No, no... —murmuró mientras sostenía su lacio cabello con fuerza.
—JungKook...
—¡NO! —grita desesperado, pero pronto baja su tono de voz al ver los ojos azules delante de él. —Demonios, todo esto está mal Park.
—¿Qué? —El mayor se aleja, pero JiMin lo sigue sin dudar.
—¡Eres un puto ángel y yo un jodido demonio! —para sorpresa de él, JiMin no brinca ante su violenta reacción. —No soy lo que crees, no soy bueno.
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Angels.
FantasyJiMin es un ángel marginado, ninguno de sus hermanos lo quieren, siempre lo someten a castigado desgarradores y nadie salva al pequeño ángel. En su inocencia, espera que todo cambie. Jeongguk es un feroz demonio, despiadado y cazador de ángeles o d...