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EDITADO.

Al día siguiente JiMin fue al instituto, claro que para esto, le tocó rogarle a JungKook para que lo dejara ir puesto que YoonGi no se había aparecido desde el momento que había salido del departamento, y estuvo a punto de perder la batalla con Jeon, pero uso una técnica la cual JungKook llamó "manipulación", que consistía en hacer sus ojos lagrimear para después decir lo tan preocupado que estaba y que necesitaría distraerse o caería en el abismo de la depresión, cualquiera hubiera dicho que no, pero JungKook no había podido negarse a su quinta súplica y había accedido a llevar a JiMin consigo.

Las cosas parecían normales en el instituto, pero el demonio podía captar la mirada hambrienta de todos esos repulsivos mortales hacia el pequeño rubio, sin embargo, no iba a detenerse a pelear puesto que la mirada de JiMin se posaba en él con extremo cariño.

—Okay, recuerda que si necesitas algo puedes marcarme desde esto. —señala el artefacto sobre las manos del menor. —Y es importante que no olvides...

-Tener bajo perfil, tranquilo. —sonrió JiMin con ternura, ambos rieron bajito para después compartir un pequeño beso. —Te veré en un rato...

—Por supuesto, cuídate ángel.

JungKook se alejó corriendo, había permanecido casi tres semanas sin actividad y eso alertaría a los demás demonios, era muy raro que él dejara pasar un día sin algún enfrentamiento, sin mencionar que su cuerpo ya lo anhelaba con fuerza y tenía en mente encontrar al hijo de puta que había mandado esas desagradables criaturas para atacarlos.

Por otro lado, JiMin estaba feliz, su primer día de clases se la había pasado escondido en el gimnasio junto con SeokJin y se podría decir que este sería su primer día oficialmente. Todos los alumnos pasaban a un lado de él, ignorando los efusivos intentos de JiMin por saludarlos o entablar una conversación y así iba a continuar, hasta que sintió un brazo sobre su hombro.

–Deberías parar. —el alto peli-risa tenía el sueño fruncido hacia sus demás compañeros. —Esos imbéciles no se merecen ni que los miremos.

—¡Hyung! —JiMin había ignorado todo lo que había dicho para brincar sobre él. —¡Muchas gracias por lo de la tarde anterior!

El semblante sombrío de SeokJin se esfumó para darle paso a una dulce sonrisa al menor, parecía una burla que todos los demonios que convivían con JiMin parecían doblegarse por su terrible encanto.

—No es por nada pequeño, ¿Y pensaste en lo que te dije? —su perfecta ceja se curveó y la duda apareció en el rostro de JiMin.

—No lo sé, JungKook no mencionó nada y no he tenido tiempo para mencionarle algo de... —Jin lo interrumpió con una carcajada a mitad de su discurso.

—JiMin, se supone que por fin eres libre de ataduras, además el gran Jeon no te pide permiso para salir, ¿O sí?

El menor lo pensó un poco por unos cortos segundos para negar con su cabeza, Jin sonrió en grande.

—Pero lo quiero invitar, ¿No crees que será divertido? —un pequeño sonrojo subió por sus mejillas al ver su sonrisa tan angelical.

—Bueno, pero si él no va, aun así, tienes que ir. —desvía la mirada a otro lado.

Mentiría si no dijera que no sé siente sucio ante la presencia de JiMin, era algo extraño, pero simplemente sentía que con sólo hablar con él era degradarlo a lo que él era antes de ser un demonio "libre" y sólo causaba un incómodo sentimiento en su pecho, pero pronto esas ideas desaparecían después de sentir su mano entre las cálidas del pequeño rubio.

Angels.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora