Ya en la superficie me encontraba tosiendo una y otra vez mientras tenía los ojos semi abiertos pues la luz de sol me segaba por completo.
—¿Te encuentras bien?
—Eso creo... ¿Dónde estamos?
—No lo sé —Enrique observaba todo el panorama.
Miré a mi alrededor y a lo lejos se encontraba la carretera, estábamos en una zona desértica, aunque no era la misma por donde entramos a esa infernal cueva.
—Tenemos que volver por Luciano, hay que hacer algo.
—No podemos hacer nada Andrea —movía la cabeza hacia los lados diciendo que no —no sabemos si sigue vivo, por ahora la prioridad somos nosotros.
Bajé la mirada —quizás tienes razón.
Comenzamos a caminar en dirección de la carretera, el sol era intenso y al dar los pasos nos debilitábamos. Mis labios rosaban con ellos mismos y con cada roce se agrietaban, intenté mojarlos, pero no producía saliva.
De repente sentí un ligero peso en mi espalda y recordé que llevaba la mochila de Derek conmigo. Sin pensarlo había logrado obtener evidencias de todo lo que habíamos descubierto.
El camino a la carretera no era tan cercano como parecía, quizás un espejismo del desierto jugó con nuestras mentes y nos engañó. Lo cierto era que nos llevó bastante tiempo llegar. Mi cuerpo ya no resistía por lo que caí al suelo al igual que Enrique, quedamos en el borde del asfalto y podía sentir la tierra caliente quemando mi piel, escuchaba el sonido de un auto acercándose, pero no me importaba, ya no quería saber más nada.
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El ruido de la máquina del centro de salud sonaba por toda la habitación y de alguna manera mi cerebro lo asociaba volviéndolo parte de mi sueño. Abría y cerraba lentamente los ojos mientras mi mente me ponía al tanto de la realidad.
Vi a mi izquierda y tenía una vía conectada a lo que parecía ser un suero intravenoso, luego moví mis ojos y mirando alrededor de la habitación no encontré a nadie.
El rechinido de la puerta sonó y una enfermera entró en la habitación —veo que despertaste —se acercó a mí y tocó mi frente —¿Cómo te sientes?
—Estoy bien —suspiré —¿dónde estoy?
—Estás en un centro de salud en Nuevo México —tomó un sujeta papeles que estaba sobre una mesa —unas personas te encontraron herida en medio del desierto. ¿Cuál es tu nombre?
—Andrea... Andrea Reece —guardé silencio unos segundos —¿y el chico que estaba conmigo?
—Seguro te refieres a Enrique, —sonrió —él está bien, se encuentra estable en otra habitación.
Asentí —¿Y Dusty?
Frunció el ceño —¿disculpa?
—El perro que estaba con nosotros
—No estoy segura, pero me parece que las personas que los trajeron hasta acá se lo llevaron consigo —sacó su celular —tengo su número telefónico si quieres que te lo devuelvan.
—Tal vez luego... ¿Contactaron a mis padres?
—Enrique nos dio toda la información, tus padres deben venir en camino —acomodó la manta metiéndola debajo de la cama —por ahora descansa, todo saldrá bien.
Y así salió de la habitación. Acostada en aquella cama mi mente no me dejaba descansar repitiendo la historia desde el momento en que entré a la cueva. Casi parecía mentira saber que mis amigos estaban muertos y que no volvería a verlos nunca.
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Jueves 6 de agosto
Tajemnica / ThrillerDespués de mucho tiempo sin reunirse, un grupo de amigos planea realizar un viaje por carretera, pero sus planes cambian cuando deciden explorar una cueva y quedan atrapados en ella. Con desesperación buscan otra salida hasta que se topan con unas c...