Capítulo 10: Juramento de sangre.

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Volumen 1 (Humanos)

Isaac tenía mucho miedo, en su cara solo se podían observar expresiones de horror puro debido a la situación actual.

Los bandidos estaban a una distancia cercana y lo peor es que uno de ellos abrazaba a su hermanita Cristina y él no podía hacer nada para evitarlo.

las hermanas Sofía y Nicole querían zafarse de él para así poder sacar a las gemelas de ahí pero Isaac no las dejó moverse.

Ellas lloraban sin parar el sacrificio de Jared parecía haber sido en vano y eso les dolía mucho en especial por como se había esforzado tanto para protegerlas.

Isaac vio el dolor en sus ojos y decidió jalar las mientras gritaba.

Isaac: ¡Nosotros viviremos!

Isaac las puso en sus hombros para luego saltar hacia el compartimiento que conectaba a los túneles.

Él sub-líder al ver eso mando a uno de sus hombres a perseguirlos, debido al nerviosismo de Isaac este no había cerrado la entrada a los túneles y el bandido pudo entrar sin dificultades.

Mientras el bandido perseguía a Isaac y a las hermanas. Pasó algo inesperado, Anacleto dejó el abrazo y se dirigió donde Jared.

Anacleto: pudiste haberme matado que lastima que no tienes ni una pizca de suerte, tu mayor miedo se volvió realidad vas a morir sin dejar ningún legado nadie te recordará ni siquiera yo.

Al terminar de decir esas palabras Anacleto escupió al cuerpo de Jared para luego pisar su espalda.

Prístina: ¡detente, deja en paz a mi hermano!

Esas palabras no detuvieron al vil bandido pues siguió pisando el cuerpo de el joven pero si logró que hablara.

Anacleto: puedes callar a esa molestia.

Sub-líder: sus deseos son órdenes, líder.

Él segundo al mando se acercó a Prístina y le dio una bofetada que la tumbó de inmediato, en la boca de la niña de tan solo 11 años, se podía ver como la sangre salía de su labio también como ella trataba de no llorar mientras se sovaba con la mano su adolorida mejilla.

Cristina estaba paralizada su hermana fue lastimada y el cuerpo de su hermano estaba siendo pisoteado por su presunto padre biológico.

Las cosas habían pasado demasiado rápido pero ella tenía que actuar para así salvar a su familia.

Cristina: ¿si... de verdad... soy tu hija...?

Anacleto paró lo que hacía mientras volteaba y veía el rostro de su hija en el cual sólo podía ver miedo pero en sus ojos rosado existía un pequeño brillo.

Cristina: por favor... deja en paz... al pueblo.

Él sub-líder se acerco para darle unas bofetadas pero...
Anacleto: ¡¿Que crees que haces?!

Sub-líder: pensé que esta niña lo estaba molestando.

Anacleto: déjala, ella es mi hija si le haces algo te daré la peor de las muertes, ¿esta claro?.

¡Reencarne en un Mundo en Guerra!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora