La niña de las historias [en proceso]

Lo unico inmenso que conozco es verde

Y es que yo no se nada,
Cuando hayas golpeado la puerta, ya me habré ido,
dulce extraño.
Yo sé, aquello fue un gran choque entre el roce de nuestras pieles
Oh, claro que sé que me convertí en las letras que tatuaste en el brillo de tus mejillas.
Oh y claro que fuiste lo que quise tatuarme primero, en la piel descubierta de mis hombros;
De nuevo esta repitiéndose en mi cabeza esta secuencia.
Todo me parece un film viejo, necesitaba espacio para ser un poco más libre, lo sé, yo no podía ser realmente yo dentro de tu automóvil. El techo aplastaba mi cabeza y a ti la conciencia.
Ninguno debió, ninguno tuvo que, pero pasó...
El roce, una y otra vez. De nuevo, en mi mente.

Estoy sintiendo, de nuevo, que mi vida concluye si cierras esta libreta, así que quédate un tiempo más en mi moribundo trayecto.
Debes saber que:
Una y otra vez, me fui de aquí antes de decidirme finalmente, me fui de este mundo en el trayecto de tu mano acariciando por debajo de mi blusa.
Y yo Perdí la dirección de la casa de mi madre, cuando me besaste los senos al desnudo.

Oh
madre, si estás en estas letras, lamento conocer lo que un beso puedo hacerte.

Oh y es que soy tan joven, tan pequeña para poder ver que la nieve desaparezca aun, mamá, no se nada.
Más que ese hombre me besó el fondo de mí.

No conozco más nada, más que el inmenso verde de sus ojos.

Dios sabe que he amado a un hombre, bajo su cielo, en un tiempo que no debería amar a nadie.
Él sabe, que he gritado nuestros nombres juntos y que los he unificado en un beso.
Dios sabe, que perdí mi completa inocencia ese 8 de febrero.
Y sabe, oh madre él también lo sabe, que no me arrepiento.

Ahora sí mi extraño, déjame ir en esta confesión, déjame volar libre entre las páginas de una vida que se apaga.
Déjame ir, por favor, ya es tarde para mí.