La niña de las historias [en proceso]

Esta vez sí pudo elegir su destino.

Pero esta vez en su pesadilla Stephanie sí le rompió la botella de vino en la cabeza. Vio la oportunidad cuando la tuvo, cuando él estaba sobre ella intentando besarla tomó la botella con la que la había drogado de la mesita de noche y la hizo estallar en su cabeza.

Y se salvó de ser tocada, se salvó de que su abusador tomara control de su vida. Esta vez no habían psicólogos, no habían miradas extrañas en los pasillos de la escuela ni chicas que se rieran de ella, nadie la empujó en el autobús, esta vez pudo decir que "sí" a las citas a las que la invitaron.
Nadie la marcó a los 16 años.

Por esta única vez, pudo ser una adolescente más en el bachillerato.
Se había salvado a sí misma, había escogido su destino.