☀️🐻‍❄️☀️

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Luzu dejó el conejo en la nieve con lentitud, dando un par de pasos hacia atrás, sin alejarse demasiado. Sus orejas permanecían gachas, en señal de sumisión.

Los brillantes ojos verdes comenzaron a tomar formar. Era enorme. Un pelaje blanco brillante y una presencia sumamente intimidante. Un tigre de bengala albino se abría paso entre la nieve, dirigiéndose hacia el pequeño gato montes. Era una animal sumamente atractivo. Todo en el gritaba "atención". Especialmente el pedazo de soga que adornaba su pata.

— Si el gato montes es Luzu...— habló Esben en un susurró, no debían llamar la atención. Sabían que el tigre les atacaría si llegaba a percatarse de sus presencias.

— El tigre albino es Willy — continuó Vegetta. No era difícil suponerlo. Solo faltaban dos de sus compañeros.

— ¿Pero qué están haciendo? — preguntaba Alex curioso.

El tigre caminaba con elegancia hacia Luzu. El pequeño gato montes se había encogido en su lugar. El felino olfateó el conejo muerto antes de devorarlo de un bocado. Siguió olisqueando en busca de más que lo alimentara. No le bastó un segundo para darse cuenta de que era toda la comida. Así como no le bastó un segundo para mirar furioso al gato.

Se acercó peligrosamente al pequeño, quien se había quedado congelado en su lugar, horrorizado por el tamaño del tigre. Al gato se le había hecho difícil cazar algo ese día, para el tigre fue realmente fácil lanzar con fuerza al pequeño, haciendo que se estampara en una roca.

Chilló débilmente.

Todos observaban la escena, asustados por la enorme fuerza y poder que Willy poseía.

— ¡Debemos hacer algo! — Alex estaba preocupado. — ¡Va a matarlo! —.

— ¡Debemos hacer un plan primero, para que ni Willy ni Luzu salgan lastimados! —

Un ronco rugido llamó la atención de todos. Auron sujetaba su cabeza con firmeza. Lucia desesperado. Como si luchara con una fuerza invisible.

— Auron — llamó Vegetta

Pero no hubo respuesta.

— ¿Auron? — preguntó Esben

Pero no hubo respuesta.

— ¡Auron! — gritó Alex

Pero no hubo respuesta.

Solo fue hasta el momento que abrió sus ojos que se percataron de lo que sucedía. Sus pupilas se encontraban completamente contraídas.

— Oh no — Esben se percató en ese momento de lo que le estaba sucediendo. Lo había visto antes pero estaba sumamente confundido, ¿cómo era posible? Aquellos chicos no eran híbridos de nacimiento, era imposible que pudieran conectar tan pronto con sus animales.

Solo había una forma de averiguarlo.

Y esa forma sucedió en el momento en que escucharon la ropa rasgarse, que la piel de Auron comenzó a tornarse oscura, completamente de un precioso color negro brillante. Era extraordinario. Una pantera hermosa sin duda alguna.

Una pantera que había salido corriendo directo hacia el tigre, lanzándose a atacar. Tomando por desprevenido al de pelaje blanco.

Aprovechando la distracción desde los cielos, Fargan voló con rapidez hacia donde el débil gato montes intentaba ponerse de pie. Se encargó de inyectarle el líquido rosa brillante, mientras lo tomaba entre sus brazos, dejando que se tranquilizara.

— ¡Lo llevaré al refugio! — gritó desde el aire, era la forma más rápida y segura. Así facilitaría un poco el trabajo, siendo Willy el único héroe restante por salvar.

La forma de pelear de los felinos era atractivamente aterradora.

Rugidos poderosos. Zarpazos completamente cargados de fuerza. Pelos siendo arrancados con cada arañazo.

Auron era un poco más pequeño que el tigre albino, pero era aún más rápido, eso le permitía esquivar con agilidad los ataques de su compañero. Todos se percataron que la pantera no atacaba realmente al tigre, era extraño.

Aún así, Willy le ganaba a Auron en tamaño. Y solo fue en el momento que el tigre de bengala les dio las espalda para seguir atacando a la pantera, que sintió un pinchazo en su pierna.

A pesar de su visión nublada y la pérdida del equilibrio, intentó avanzar, no dejaría que aquella pantera ganara la batalla.

Tenía mucho sueño.

Pero eso no le impidió dar un último arañazo desprevenido hacia el felino de brillante pelaje negro. Eso dejaría una marca.

Soltaron un suspiro de alivio cuando el tigre cayó sobre la nieve. Sin duda fue uno de los más difíciles de capturar. No solo por su gran tamaño, su agilidad e inteligencia era digna de admirar.

— ¿No creen que será demasiado pesado para Vegetta? — preguntó Alex, quien aún permanecía algo alejado, temiendo que el animal despertara y les atacara de la nada.

— Tal vez — Esben suspiró — Ustedes quédense aquí, vi una carreta en el camino, iré por ella —.

Había una cosa que Esben había olvidado mencionar y que el resto no recordó hasta que escucharon un rugido cansado.

La pantera se había echado al piso, descansando. Auron aún seguía en su forma animal, pero no mostraba signos de atacarles. Simplemente poseía una mirada llena de pesadez.

— ¿Auron? — Llamó Vegetta, llamando su atención — ¿Estás bien? — soltó un jadeo lleno de pesadez. Algo había pasado. Tenían que descubrirlo.

Observaron al cielo con nostalgia. La luna iluminaba sus cabeza, en una semana habría luna llena. El tiempo pasaba de manera rápida, sin embargo la lentitud del día era abrumadora.

"Tranquilo, chiqui, pronto estaremos juntos otra vez".

Alma De OsoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora