Capítulo 1

199 20 12
                                    

Alexa, una chica de 16 años amante de la astronomía y el dibujo, tiene severos problemas para dormir cada noche. Lo ha probado todo, infusiones, pastillas, música relajante,... Pero nada consigue que ella concilie el sueño.

Cada noche, contempla desde el balcón de su habitación las preciosas estrellas que iluminan el firmamento, simplemente para pasar las horas hasta que consigue dormirse. A veces sube hacia la azotea para observar la luna y las estrellas a una mayor altura.

Los días que está aquí también puede observar como su vecino, Lucas, de su misma edad, arregla ensimismado su moto. Lucas es un chico no demasiado alto, rubio y con unos preciosos ojos de color azul celeste similar al color del cielo despejado.

Alexa lleva enamorada de él desde pequeños, cuando su amistad aún era existente. El paso del tiempo y las diferencias en sus personalidades hicieron que se distanciasen, por lo que ahora su relación es prácticamente inexistente.

Una noche como cualquier otra, Alexa salió al balcón y vio como Lucas se marchaba en su moto lentamente. Ella lo siguió con la mirada hasta que su silueta desapareció en la noche espesa.

Esto le dio la inspiración suficiente para hacer uno de sus dibujos inspirado en ese chico. Cuando lo acabó, lo escondió en un lugar seguro donde nadie lo encontrase. Luego se acostó en la cama y rápidamente comenzó a soñar con increíbles historias a su lado.

Al día siguiente había una lluvia de estrellas, así que decidió pasar las horas de insomnio de esa noche en la azotea. Tras observar el precioso espectáculo de estrellas, se apoyó en el poyete, miró hacia abajo y observó a Lucas.

Este, como siempre, estaba entretenido con su moto, pero de repente se levantó para secarse el sudor que corría por su frente e inconscientemente miró hacia arriba, percatándose de que no era el único que se encontraba allí.

Llamó la atención de Alexa moviendo los brazos, hasta que consiguió que ella reaccionara asustándose y cayendo hacia atrás. En ese momento Alexa no sabía si irse a gatas o pasar la noche tumbada allí. Lo que si tenía claro es que no quería levantarse.

Pero Lucas comenzó a gritar su nombre, por lo que no le quedó más remedio que levantarse y afrontar la situación. Se levantó lentamente y él le preguntó:

-L: ¿Estás bien?

-A: Sí, solo me he asustado.

-L: ¿Qué haces ahí a estas horas?

-A: ¿Sabes que yo te puedo hacer exactamente la misma pregunta no?

-L: Sí, pero creo que en mi caso esa pregunta ya tiene respuesta. (Sonríe)

-A: Tienes razón. Es que no puedo dormir, así que cada noche salgo a mirar las estrellas. ("Aunque para ver la estrella más bonita no tengo que mirar hacia arriba, sino hacia abajo." Piensa ella en este momento)

-L: Vaya, no sabía que tuvieses problemas para dormir... ¿y en tus sesiones de observación de estrellas se permite compañía?

-A: Lo siento, pero son privadas.

-L: Bueno pues... si abren al público me avisas, ¿vale?

-A: Lo intentaré.

Se produce un silencio algo incómodo entre ambos hasta que Lucas decide romperlo.

-L: Ya va siendo hora de que me vaya a dormir y tú deberías hacer lo mismo.

-A: No, yo creo me quedo un poco más. Buenas noches.

-L: Buenas noches. (Y se marcha sin decir nada más)

Alexa gira sobre sí misma y se sienta en el suelo abrazándose las piernas, tratando de asimilar todo lo que acaba de ocurrir. Cuando consigue comprobar que no ha sido un sueño, decide irse a la cama.

Mariposas Azules 🦋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora