Capítulo 37

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A la mañana siguiente muy temprano, Sofía se encamina en busca de sus amigos que han dormido plácidamente en aquella sala de la biblioteca sin que nadie lo supiese. La chica camina sigilosamente por los silenciosos pasillos del edificio y con sumo cuidado, para no despertarlos, abre la puerta de la habitación donde se encuentran sus amigos.

Una vez dentro, saca su teléfono del bolsillo y fotografía a los jóvenes, mientras estos duermen abrazados. Un torbellino de emociones recorre su cuerpo. Los observa con ternura y a la vez se entristece al pensar que ella nunca tendrá algo así, pero el simple hecho de que al menos su amiga sí pueda vivirlo la reconforta y enorgullece.

Permanece unos segundos simplemente observando como sus pechos suben y bajan casi acompasados. Cuando consigue salir de su embelesamiento, Sofía decide por fin despertarlos. Así que para ello, se lanza entre los jóvenes aterrizando en medio de ambos.

Se despiertan rápidamente sobresaltados, pero al comprobar que la nueva visitante es Sofía se tranquilizan. Alexa observa confundida a su amiga, mientras observa el reloj de su muñeca.

-A: ¡Sofía, nos has asustado! ¿Qué haces aquí tan temprano? ¡Son las siete de la mañana!

-S: ¿Necesitas que te recuerde que has pasado la noche en una biblioteca y tenemos que irnos antes de que nos pillen?

-L: ¿A qué hora abre?

-S: A las ocho y media, pero Emilia siempre viene un poco antes. Así que todavía nos sobra tiempo suficiente para que me contéis vuestra romántica cita encerrados en una biblioteca. (Esta última parte lo dice con cierto tono teatral en su voz) ¿Qué tal habéis dormido tortolitos? Si es que habéis dormido algo. (Dice mientras les muestra una sonrisa traviesa a sus amigos que ilumina su cara)

-A: Sí, hemos dormido, malpensada.

-S: Y bueno Lucas, ¿he acertado? (Dice dirigiéndose esta vez al chico)

Este, en respuesta, la mira completamente confundido. Para que entienda a lo que se está refiriendo, Sofía señala la caja de preservativos que se encuentra abandonada en una esquina de la estancia, es entonces cuando Lucas entiende lo que está preguntando.

-L: ¿Y para qué quieres saber tú eso? (La mira sonriendo)

-S: Curiosidad simplemente. Podéis quedároslos. Creedme, tarde o temprano os harán faltan. No queremos sorpresas.

Alexa se sonroja ante el comentario de su amiga y agacha la cabeza avergonzada. Sofía mira a su alrededor y encuentra un libro en el suelo bocabajo. Lo sostiene entre sus manos y mientras examina su interior, sin desviar su mirada de él, conversa con sus amigos.

-S: ¿"Romeo y Julieta"? ¿En serio?

-A: ¿Qué pasa?

-S: Acabáis de rozar la línea de lo excesivamente cursi.

Alexa coge la almohada sobre la que ha dormido durante toda la noche para golpear con ella a su amiga. Tras golpearla, se levanta de la cama.

-A: Voy al baño, ahora vuelvo. (Dice mientras se aleja de la vista de ambos, dejándolos solos)

Un silencio incómodo se establece entre ellos hasta que Sofía decide romperlo.

-A: Bueno Lucas, ¿qué te ha parecido la experiencia?

-L: Sinceramente pensaba que lo pasaríamos peor, pero no ha estado nada mal.

-S: Pues claro, si ha sido idea mía. (Señala sonriendo con orgullo)

-L: ¿Tú sola has organizado todo esto?

-S: Podríamos decir que he tenido una pequeña ayudita. Pablo e Ivy prepararon y decoraron esta sala, y Jorge y yo fuimos a comprar la comida y algunas cosas.

Mariposas Azules 🦋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora