Hacia una nueva vida

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Nota: Algunas partes de este fic serán editadas debido a varios errores que en su momento no me percaté que tenía. No cambiaré nada de la trama pero considero que hay frases y palabras que sobraban o que faltaban.
Sin más que decir, aquí tienen el primer capítulo.

CAPÍTULO 1
                 

Habían pasado ya diez años de la derrota de Naraku, siete desde que Kagome había regresado al lado de Inuyasha.
Rin había sido dejada al cuidado de la anciana Kaede, fue un día triste para esa pequeña niña, su vida había encontrado rumbo y sentido al lado de Sesshōmaru, pero desde aquel día que él la dejó en la aldea con los demás, una parte de Rin se había marchitado. No es que la haya abandonado, Sesshōmaru la visitaba de vez en cuando, le llevaba algunos obsequios, sobre todo cosas que le eran útiles  como hermosos kimonos.

Cuando la visitaba ella era inmensamente feliz, volvía a sonreír como cuando niña, como cuando iba en la espalda de Ah-Un siguiendo al Yōkai y al señor Jaken.

Flashback

Rin: Señor Sesshōmaru…
Sesshōmaru: ¿Qué pasa?
Le preguntaba con su tono indiferente
Rin: Señor, ¿Esta vez sí me llevará con usted?
El Yōkai se quedaba en silencio por unos segundos.
Sesshōmaru: No Rin.

La decepción en el rostro de la pequeña no se ocultaba, era un golpe duro a su corazón aún frágil.

Sesshōmaru: Aún tienes que permanecer aquí...

Fin del flashback

Kagome: ¡Rin! ¡Rin! ¿En dónde estás?
La mujer de Inuyasha gritaba por todos lados pero Rin no respondía.
Inuyasha: Oye Kagome, ¿Ya la encontraste?
Kagome: No, aún no y ya me estoy preocupando…
Inuyasha: mmm... no te preocupes, ya no es una niña, sabe cuidarse sola, además todos en la aldea la conocen nadie le haría nada.
Kagome: Con semblante molesto ¡Eres un tonto! Tú siempre tan despreocupado, no comprendes que si le pasa algo, tu hermano es capaz de matarnos, mejor corre al bosque a buscarla.
Inuyasha: ¡arrrggg! Pero que molesta eres, está bien, iré pero te aseguro que no pasa nada malo.

En el bosque, junto a una cascada se encontraba una hermosa mujer de cabellera larga y castaña, brillante y sedosa, la piel blanca y suave, los ojos eran grandes de color avellana, los labios rosados, pequeños, tan perfectamente delineados que cualquiera moriría por un beso, su cuerpo era delgado pero con todos los atributos propios de una diosa, llevaba un kimono verde, con flores blancas pequeñas y un obi de color amarillo claro. Si, esa hermosa mujer era Rin, aquella niña huérfana que había sufrido tanto en su infancia, había sido ignorada, humillada y golpeada por los seres humanos, no era nada para nadie, hasta que se encontró con aquel demonio que le devolvió la vida en todos los sentidos. Se encontraba sentada con los pies dentro del agua, la brisa mecía los hermosos mechones de su cabello, miraba fijamente al cielo como buscando algo entre las nubes...

"Señor Sesshōmaru… ¿Cuándo estaré a su lado?, ¿cuándo vendrá por mi?, ¿o a caso…a caso ya no me quiere con usted?"

Parecía como si deseara que el viento abrazara sus palabras y se las llevara al Yōkai, quería escuchar de sus labios lo que la haría inmensamente feliz o terriblemente desdichada.

¡Rin!
Escucho a lo lejos, se levantó y se giró para ver quién la buscaba con tanta insistencia…

Inuyasha: Rin te hemos estado buscando por todas partes, ¿Qué haces aquí sola?
Rin: Nada en especial, me gusta venir aquí a pensar y estar tranquila.
Inuyasha: Ya veo, bueno es hora de regresar, Kagome nos espera,  ella me mandó buscarte, así que será mejor que volvamos.
Rin: ¡Sí! Ya estaba a punto de volver a la aldea.

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