Temor y muerte

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Capítulo 15

Rin se sentía extremadamente nerviosa, el poder ver a Sesshōmaru después de tanto tiempo la hacía muy feliz, sentía su corazón golpear con fuerza dentro de su pecho, por un lado, era el ser que más amaba desde pequeña, pero por otro sabía que el Yōkai era extremadamente poderoso y no le costaría nada acabar con ella.

Shin: Te he traído un obsequio.
Señalando a Rin.
Sesshōmaru: ¿Quién demonios eres tú?
Cuestionó molesto el gran Lord.
Shin: Mi nombre es Shin.
El demonio saludó con una reverencia.
Por ahora es todo lo que puedo decir, en fin, aquí está lo que tanto buscabas.
Tomó a la humana del brazo y lanzó hacia el otro Yōkai.
Me voy, he cumplido con mi tarea, después de que esta mujer muera, nos volveremos a ver, pero está vez mi amo vendrá a enfrentarte.

Antes de que Sesshōmaru lograra hacerle algo al sirviente de Kisho, este desapareció sin dejar rastro alguno. Fue entonces cuando su objetivo se volvió la joven embarazada que yacía de rodillas en el suelo, todo el cuerpo le temblaba y por eso le era imposible ponerse de pie.

El gran Lord comenzó a caminar hacia ella, con su mano izquierda tocó una de sus espadas en señal de desenvainar, Rin levantó la mirada con ojos suplicantes, pero solo se encontró con otros llenos de odio, el Yōkai sacó la espada, la luna que ya se encontraba en lo alto del cielo se reflejaba en la hoja afilada de esta; entre más cerca estaba de ella, la chica sentía desfallecer, le costaba trabajo respirar, el corazón le golpeteaba el pecho con fuerza, las lágrimas brotaban de sus hermosos ojos color avellana.

"Este es mi fin, aún así me siento tranquila porque solo él tiene el derecho de terminar con mi existencia"

En su mente todos los recuerdo que tenía con Sesshōmaru y Jaken pasaban sin detenerse, recordó su etapa de niñez cuando viajaba en la espalda de Ah-Un siguiendo a los dos demonios en la búsqueda de su imperio, recordó las visitas del gran Lord a la aldea donde la había dejado para que madurara, vio todos aquellos obsequios que el majestuoso demonio le llevaba. Cuando Sesshōmaru llegó al frente de Rin, tomó con fuerza la espada y antes de que diera la primer estocada, una flecha rozó la blanca piel de su mano.

Rin: ¡Yumiko!

El gran demonio se giró con rapidez para toparse con todos los Yōkai, Kagome e Inuyasha, un poco más cerca, la hermosa demonesa de ojos violeta sostenía su arco con una mano y con otra preparaba la siguiente flecha…

Yumiko: ¡No te atrevas a hacerle daño Sesshōmaru!
Espetó acomodando la siguiente flecha con dirección al Lord del Oeste.
Sesshōmaru: ¿Crees que tú podrás impedirlo?

El Yōkai se lanzó al ataque, la hermosa mujer era rápida y logró esquivar las garras del gran demonio...

Yumiko: Fuí entrenada por tu padre, el gran Inu no Taishō, no podrás vencerme tan fácilmente, juré proteger a Rin con mi vida y eso es lo que haré.
Kento: Yumiko, tú llévate a Rin, déjanos esta pelea a nosotros.
Gritó el apuesto demonio desde donde se encontraba con los demás.
Yumiko: ¡No! ¡Estoy harta de toda esta situación!, quien debía proteger a mi ama permitió que borraran de su mente esa promesa, yo no voy a dejarla a su suerte y si hoy tengo que morir para lograrlo, ¡Lo haré! La mujer de hermosos ojos, soltó el obi de su kimono dejándolo caer y mostrando otra vestimenta debajo con una armadura que cubría su pecho.
Rin: ¡Yumiko por favor!, no te enfrentes a él, no soportaría que te sucediera algo, la única que debe morir hoy aquí, soy yo.
Sesshōmaru: Deberían hacerle caso a esa mujer, váyanse y les perdonaré la vida, la única que debe morir esta noche es ella.
Yumiko: ¡Eres un maldito! ¡No voy a permitirlo!
La demonesa se lanzó al gran Lord sacando de su armadura una espada pequeña más parecida a un puñal.

Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora