Amor, traición y venganza

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CAPÍTULO 5

Tras dos días de una extenuante búsqueda, Yumiko regresaba a las tierras del Oeste junto con su hermano Kento y otros dos Yōkai, Takumi y Ryo...

Yumiko: Esperen aquí iré por el amo.

La mujer de cabellera azul se adentró en la casa, fue directo hasta la habitación en donde el gran Lord y el demonio verde se reunían siempre, este último corrió la puerta de madera y papel para recibirla...

Jaken: ¡Jasta que llegas mujer!, ¿Qué ha pasado, has conseguido traerlos?
Yumiko: Sí, pero no a todos.
Jaken: Bueno el amo Sesshōmaru está con Rin en el jardín privado, vamos.

Los dos Yōkai fueron de inmediato a encontrarse con los amos, estos estaban sentados bajo uno de los cerezos...

Yumiko: Amo Sesshōmaru...

La humana se levantó y corrió a abrazar a su ya amiga y confidente ...

Rin: ¡Yumiko por fin has vuelto!, tenemos mucho de que platicar.
Yumiko: Por supuesto mi señora, pero por ahora tenemos un asunto pendiente, amo... Dirigiéndose al Yōkai.
Han venido conmigo.
Sesshōmaru: Sí, puedo oler la peste cerca, vamos Rin quiero que los conozcas y sepas quienes vivirán desde hoy con nosotros.
Rin: Sí.

Todos fueron hasta donde se encontraban los tres hombres que acompañaban a Yumiko, al llegar con ellos el gran Lord los presentó con su humana...

Sesshōmaru: Rin acercate... él es Kento, es hermano de Yumiko.
Rin: ¡¿Hermano?! ¡Qué sorpresa! me da mucho gusto conocerl
Hizo una pequeña reverencia.

Kento solo correspondió con una mirada amable, el gran Lord prosiguió con las presentaciones...

Sesshōmaru: Este de aquí es Ryo.

Señalando a un hombre delgado, de piel blanca, su cabello verde estaba peinado con una larga trenza, los ojos de este eran bellos, mostraban cierta bondad y su color asemejaba el bello azul del mar, en sus párpados una línea roja los delineaba resaltando su belleza, su ropa era más parecida a la de un Samurái con tonos dorados y rojizos y en la espalda se dejaba ver su sanjiegun de color plata.

Ryo: Es un placer conocerla señora.
Saludó con un tono educado y amable.
Sesshōmaru me da gusto volver a verte.

El Yōkai solo se limitó a mirarle de reojo, prosiguió entonces con el último de sus nuevos aliados, Takumi, este era un Yōkai por demás atractivo, su cuerpo no mostraba delicadeza, era musculoso, la piel estaba un poco más bronceada que la de los otros, los ojos tenían un tono verde, las pestañas adornaban su bella forma, sus labios eran carnosos, su cabello dorado no era tan largo como el de los demás, lo llevaba suelto, su torso estaba cubierto por una prenda que remarcaba su abdomen musculoso y en sus piernas una hakama color blanco y en su cintura llevaba un tantō dentro de una funda roja.

La expresión de este fue distinta, no apartaba la vista de Rin, la miraba como contemplando un bello paisaje, se acercó de inmediato para tomar su mano y besarla, esto le pareció muy extraño a la joven humana, no supo cómo reaccionar a tal gesto...

Takumi: Creo que le ha sorprendido lo que acabo de hacer, no fue mi intención incomodarla, pero he pasado mucho tiempo en tierras más lejanas de lo que usted puede imaginar, y en ellas a las damas se les muestra respeto de esta manera.

Rin no pudo más que sonrojarse y mirar hacia su señor, este solo la miró un poco frío.

Sesshōmaru: Entremos a la casa, necesitamos hablar, Yumiko tú llevate a Rin a su habitación.
Yumiko: Por supuesto amo, mi señora...
Llamó su atención poniendo su mano en el hombro de su ama. vamos dejemos que hablen tranquilos.

Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora