James

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El ruido de la suela de los zapatos de James hacían eco en la acera solitaria provocándole escalofríos.

Caminaba por el centro de la calle como consecuencia del temor a descubrir lo que se escondía entre las sombras de los arbustos.

Miró hacia ambos lados antes de ingresar a su domicilio, sentía los murmullos cada vez más cerca, sus miradas clavadas en su nuca le ponían los pelos de punta.

Al entrar cerró de un portazo, mientras su mano temblaba intentando pasar el cerrojo.

Corrió a hacia las ventanas asegurándose que estén bien trabadas y las cortinas cubran de manera completa la vista.

Las luces titilaron en aviso. Esta no seria una noche tranquila.

Las paredes parecían comprimirse mientras avanzaba hacia el televisor. Un poco de sonido ayudarían a relajar su mente.

Sin darle mucha importancia a las noticias se voltea dirigiéndose a aquel desvencijado perchero para dejar su abrigo.

Pasó una mano por su cabello, esperando regularizar su respiración y con el filo del ojo logró captar un movimiento.

Sus ojos se fueron arrastrando de a poco mientras el sudor mojaba su nuca. Los latidos de su corazón retumbaban en sus oídos, la voz del televisor se sentía como algo lejano, incluso el tono del locutor ya no era el mismo.

Pudo distinguir aquellos dedos afilados arrastrándose por la pared, salía desde las sombras abriendose paso hacia el.

Su cuerpo se tensó dejándolo plantado allí sin poder mover un dedo.

¿Qué eres? Se pregunto mentalmente.

Sintió una respiración fría detrás el. Se preparo para lo peor.

 Como si su cuerpo entendiera la emergencia se giró rápidamente.

La luz se apagó de manera abrupta.

El televisor se prendió nuevamente sin que el haya movido un pelo, con pasos lentos se acerco a aquel locutor que parecía mirarlo fijamente.

-James- Dijo aquel sujeto con una sonrisa que no le correspondía a las proporciones de su rostro.

Dio un paso más de manera cautelosa.

-James- Volvió a decir el televisor.

Se acercó a tal punto que su nariz estaba a solo unos centímetros de la pantalla, levantó su mano poco a poco, con su dedo índice toco a aquel locutor otorgándole una descarga eléctrica que lo arrojo hacia atrás.

Un fuerte viento comenzó a colarse por la ventana. Aquella cortina blanca se balanceaba con gracia mientras una sombra se reflejaba desde el lado de afuera.

Pudo ver como esa sombra de algún desconocido levantaba la mano y se decidía a correr la cortina de un solo golpe.

-James.

Dio un gran suspiro en el suelo cuando vio a su amigo Jasper allí.

Se levantó ocultando los temblores de su cuerpo, tocó el interruptor de la luz y abrió la puerta.

Miró hacia ambos lados nuevamente antes de concentrarse en su amigo.

-Te esperaba mañana- le dijo James con algo de desconfianza.

-¿Acaso tu amigo no puede venir a pasar un rato de calidad contigo?

James siguió mirándolo. Una parte de él quería cerrarle la puerta en su rostro y esconderse bajo las sabanas de su acogedora cama. Realmente quería quedarse solo. Pero podía sentír las miradas aquí afuera y eso lo motivo a dejarlo pasar rápidamente.

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