Aclaraciones:
Estoy re subiendo mi fanfic Inocencia, con otro nombre como ya habrán visto.
La historia es la misma, pero está editada y algunas cosas son distintas. Irán notando las diferencias a medida que avance la historia. Pero es en mayor parte igual.
Tendrá algo de censura, ya que tengo la esperanza de que así no me la vuelvan a eliminar.
Si eres nuevo leyendo esta historia, simplemente ignora las aclaraciones y léela normalmente.
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Capítulo 1:
Jungkook:
Terminó su copa de un golpe, disfrutando del fuerte sabor a whisky mientras la fuerte música retumbaba en sus oídos. La dejo caer al suelo mientras una de las chicas le sonreía coquetamente, apoyando la barbilla contra una de sus manos mientras lo miraba a los ojos.
- ¿Te quedarás hasta el sábado?- preguntó, con ese marcado acento ruso-
Estaba en uno de los clubes más popular y costoso de Moscú, disfrutando sus vacaciones mientras hablaba con una de las mujeres más lindas que había visto. Yendo a fiestas con sus amigos íntimos, pero solo quería irse.
- No, puede que me vaya hoy o mañana- respondió, pidiendo una bebida más para el y para la mujer-
- Ah, que triste. Pensé que podríamos conocernos más..- suspiró esta-
- Me encantaría, pero tengo un compromiso.- respondió, mirando la hora en su reloj-
Yugyeom, quien fue el responsable de animarlo a viajar, estaba sentado del otro lado de la mesa. Ignorándolos hasta ese momento.
- ¿Realmente irás en serio con eso?- preguntó, mirándolo con gracia-
- Si, ya te dije que quiero casarme de una vez.
Su respuesta provocó la sorpresa e indignación de la joven que lo miraba con cariño, hasta hace momento. Pero la ignoró, aburrido de continuar con reglamentos sociales.
- ¿Vas a casarte? ¿Por qué me pediste salir si tienes prometida?- reclamó indignada-
- No pensé que quisieras algo serio, dijiste que solo buscabas alguien para divertirte.
- Es verdad, pero eso no significa que quiera ser una amante o tú maldita cómplice. Los hombres que mienten y lastiman al resto me asquean.
Respondió, levantándose y acomodando su vestido.
Jeon giró los ojos, preguntándose por qué todas las mujeres competentes tenían esas ideas tan novedosas y molestas.
Desde hace unos diez años aproximadamente, los omegas de Europa, América y parte de Rusia; tenían ideas cada vez más alborotadas e inútiles.
Afortunadamente para él, eso aún no cambiaba del todo en Corea.
- Pues entonces no sabes que fan afortunada eres- respondió, sonriéndole de la lado mientras la observaba irse-
- No tenias que ser así, es una buena chica. Es de buena familia y trabaja como administradora, sería perfecta para ti.
- Hablas como si no me conocieras, ese tipo de mujeres no me gustan.- respondió, mirándolo con aburrimiento-
- Sabes que tienes un problema con los omegas, por eso te va mal con las citas.
Bufó, mirándolo con fastidio.
Sabía que era verdad, pero no quería hacer nada al respecto. Los omegas eran tan complicados, siempre dependientes de cariño y protección, frágiles hasta un extremo que resultaba molesto. Además de su sensibilidad y victimismo, buscando la forma de llamar la atención del resto.
No podía salir con uno, no sin verse enredado en melodramas más problemáticos que los de las telenovelas. Así que optó por simplemente dejar todo eso de lado, y comprometerse con el omega de una familia rica.
