3-Temari & Hiashi.

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El padre de mi amiga.



Habían salido a dar un paseo Naruto, Hinata, Shikamaru y Temari y estos cuatro se estaban despidiendo frente a la casa de Hinata.

-¿Que tal si ahora nos encontramos con los demás chicos y hacemos algo? -Dijo Naruto.

-Por mi esta bien. -respondió Shikamaru.

-¿Y yo que se supone que haga? ¿Se te olvida que vine a la aldea sola? -Dijo Temari.

-Puedes entrar conmigo a mi casa si quieres. -Dijo Hinata

-¿Y que se supone que haga?

-Tengo una colección de armas, podríamos empezar por ahí.

-¿Colección de armas? Genial, veamosla.

Temari se despidió de su novio y Hinata del suyo para luego entrar a la casa.

Caminaron por el jardín del frente y se encontraron con el padre de Hinata entrenando, esta usando sólo un extraño pantalón olgado con su pecho descubierto.

Viejo sabroso. Pensó Temari.

Ambas caminaron por la casa mientras que Temari miraba disimuladamente el perfil del mayor.

Este hombre con unos años menos estaría super delici...

-Ven Temari, esa es mi habitación.

-Claro.

[●●●]

Por otra parte Hiashi sintió un cosquilleo en su espalda al ver la mirada de esa chica rubia en el, las ventajas de tener el Byakugan activo en ese momento.

Por un momento se sintió deseado, hace años que no le pasaba algo así, esa chica tenía algo diferente.

Se sentó para descansar un momento y mantuvo el Byakugan activo para ver que hacia la chica y su hija.

Hinata le pasó un traje típico de su clan a Temari y está lo tomó sonriente y comenzó a desnudarse.

El corazón de Hiashi se aceleró. Muslos blancos, anchos hombros, su pelo rubio y amarrado en dos coletas, sus pechos cubiertos por una apretada blusa que fue quitando para ponerse el kimono gris que traía en su regazo.

Se sintió estúpido, quería detenerse y verla como una niña, como una chica de la misma edad que su hija, pero no podía, ante sus ojos era una mujer.

Desactivó el Byakugan y se dirigió a su habitación, se duchó y vistió para luego volver a salir al jardín con una taza de té en la mano.

Hinata y Temari salieron de la habitación con los trajes tipicos del clan Hyuga y con la colección de armas de Hinata.

Caminaron hasta el jardín y se encontraron con Hiashi, este último las miró a ambas y no pudo evitar fijarse en la chica rubia, se veía realmente hermosa con el kimono de su clan, demasiado hermosa.

-Volveremos en unas horas padre. -Dijo Hinata

-Esta bien. -se limitó a responder.

Temari le sonrió y este la miró sorprendido, no por su gesto, sino por su reacción ante el gesto, se había sonrojado.

Hinata comenzó a caminar a la salida ignorando por completo la mirada de su padre hacia su amiga, y la diversión oculta de Temari al sentirse deseada por el.

Temari camino detrás de Hinata y sonrió ante la mirada del mayor.

Este clan tiene puras bellezas, y el líder del clan no es la excepción.

[●●●]

Temari la a pasado realmente bien, no sabía lo genial que era pertenecer a un clan y le agradecía a Hinata por habérselo permitido ese día.

Hinata invitó a Temari a dormir en su casa pues era de noche y su hermanita estaba de vacaciones así que Temari podía utilizar su cama.

La rubia aceptó y fue tan grande el nerviosismo de Hiashi al ver a la rubia de vuelta que no supo que hacer así que se retiró a su habitación.

Eran las dos de la madrugada cuando Temari fue a la cocina por un poco de agua y se encontró con Hiashi.

Él al verla no supo que decir.

-Señor, Ammm yo sólo vine por un poco de agua ¿usted también desea?

-Si, si deseo... del agua, un poco de agua.

Temari le sirvió y le pasó el vaso, sonrió al ver su nerviosismo, era como estar con un adolescente. Temari sabía que la madre de Hinata había muerto hace mucho pero no a tal nivel de que Hiashi no pueda controlarse.

Temari disfrutó de su mirada, a fin de cuentas su novio es del tipo respetuoso que no le deja esas miradas deseosas así por así, a menos que ella lo provoque.

Provocar - pensó Temari.

Dejó el vaso en el fregadero y dejó caer una pulsera que traía en su mano al piso, se agachó dejando una buena imagen de su trasero y se volvió a levantar.

-Buenas noches señor, que descanse. -Dijo dulcemente pero este la tomó del brazo y la llevó a una de las habitaciones de invitados.

-Lo haces a propósito verdad.

-¿Que cosa?

-Quita esa tierna cara, esas cosas no se hacen, apenas tienes que tener 18 años.

-En realidad tengo 21 pero agradezco el cumplido, así que dígame ¿Que es lo que estoy haciendo mal? ¿va a corregirme?

Hiashi se acercó más hasta tenerla muy cerca.

-Debería darte unas lecciones para que aprendas a comportarte frente a un hombre.

-Ummm y ¿Quieres que te llame senpai o sensei?

-¡Ya basta! -Hiashi se acercó mas, unos pocos centímetros más y la besaria.

-Uy el señor se enojó.

Hiashi separó las piernas de Temari y se colocó entre ellas.

-Una palabra más y esto se saldrá de control niña.

Temari desabrocho su pantalón para notar más su erección, luego lo miró a los ojos y esbozó una palabra.

-Delicioso.

Hiashi la besó con desesperación y comenzó a quitar su blusa, hacia tanto que no sentía el calor de una mujer que creía que iba a desmayar en cualquier momento.

Ambos se fueron desnudando y comenzaron a sudar por la calentura que emanan sus cuerpos, entonces Temari se dió cuenta que todo se había salido de control, no era como las últimas provocaciones en las que los dejaba con una erección y luego se iba, ella en realidad deseaba a ese hombre, mayor, varonil todo lo que ella abmira del sexo masculino.

Hiashi introdujo su miembro en ella y comenzó la acción, los gemidos y jadeos, piel con piel mientras se entregan todo. Las embestidas fueron acelerando hasta llegar al orgasmo, en donde Hiashi se vino fuera para evitar problemas mayores.

-Fue una buena lección pero tengo que irme. -Dijo Temari mientras se viste.

-¿Volverás?

-Probablemente no, ni siquiera soy de esta aldea.

-Fue un placer conocerla señorita.

Temari se vistió y se acercó para un último beso.

-El placer fue mío señor.

Temari salió lo más silenciosa posible y se volvió a acostar como si nada hubiera pasado.

Al día siguiente Temari y Hinata salieron de la casa Hyuga y se fueron a desayunar al puesto de ramen.

-¿Crees que tal ves, la próxima vez que vuelva a la aldea pueda quedarme en tu casa?

Hinata la miró y sonrió.

-Claro, estoy segura de que mi padre estaría encantado de tenerte como inquilina.

Ships Raros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora