10-Gai & Lee.

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La violación



Tras la muerte de Neji, Gai y Lee se embarcan en una misión hacia las montañas, Tenten decide no ir a la misión pues dijo que necesitaba unos días más para recuperarse de la muerte de su amigo, ya que por la guerra y todas las cosas que había que hacer después no le había podido dedicar el tiempo suficiente a recuperarse de su dolor.

Gai y Lee comienzan el recorrido en su búsqueda de unos ninjas sospechosos que han estado rodeando la aldea desde hace unos días.

Ambos caminan unos kilómetros y hacen un pequeño campamento en las montañas una vez que anochece.

Lee se ofreció a hacer la primera guardia para que su sensei pueda dormir unas horas, todo estaba tranquilo.

Hasta que sin que Lee lo notara, unos ninjas renegados lanzaron bombas de humo endormecente y los secuestraron a ambos.

Cuando Gai despertó notó que no estaba en el lugar en donde se había dormido, miró a su alrededor y estaba como en un sótano, atado con cadenas que lo hacían sentir débil, su ropa estaba rasgada y su cuerpo estaba un poco golpeado.

Miró hacia todos lados y vió a Lee tirado en el suelo atado con cadenas, este se veía más golpeado y su ropa estaba destrozada.

Los secuestradores entraron al lugar y comenzaron a hablar entre ellos en otro idioma, Lee fue despertando.

Uno de ellos se acercó a Gai y le sonrió.

-¡Tenemos al mismísimo bestia verde en persona, que privilegio!

-¿Que es lo que quieren?

-¿De ti? Nada, pero sé que probablemente nos matarás en cuanto te liberes así que tengo algo para decirte, esas cadenas son especiales, pueden consumir tu energía en cuanto intentes abrir una de tus famosas puertas internas.

Gai iba a decir algo, pero la voz de Lee lo interrumpió.

-¿Sensei?

-¡Lee! ¿Estas bien? ¿Te lastimaron?

-M-Me Due-le.

Gai miró a Lee con pena y volvió a mirar al enemigo lleno de furia.

-¿Que es lo que le hicieron? ¡HABLEN!

-Solo lo preparamos un poco, nada fuera de lo normal.

Los otros ninjas se acercaron a Lee y lo hincaron en el suelo, separaron sus piernas y lo hicieron apoyarse de los brazos para luego destrozar todo lo que quedaba de su ropa.

-Esperen ¿Que hacen? ¡Lee!

Uno de los renegados le cubrió los labios a Lee mientras que el otro ponía lubricante en todo su trasero.

Lee no podía entender que sucedía pero Gai si, y no aguantó la rabia y abrió de un sólo intento cinco puertas internas, lo cual fue inútil porque las cadenas mandaron una fuerte ráfaga de corriente y adsorbieron toda su energía haciendolo sentir débil al instante.

-Te lo dije, de esta no podrás escapar, así que solo disfruta del espectáculo.

Gai lo miró con odio y volvió su vista a Lee quien estaba siendo estimulado a la fuerza por los enemigos, Lee lloraba y Gai no podía hacer nada para ayudarlo.

-No lo hagan, es solo un niño.

-¿Niño? Este a de tener más de dieciséis años, es suficiente para mí.

Uno de los ninjas bajó sus pantalones y se estaba acomodando para montar a Lee.

-¡No! No por favor, no lo hagan ¡LEE!

El jefe de los renegados dijo algo en un idioma extraño y todos se detuvieron.

Este continuó hablando y los otros se acercaron a Gai y despegaron las cadenas de las paredes y lo hicieron caminar hasta donde Lee y lo obligaron a hincarce detrás de él.

-Bien, como no nos quieres dejar disfrutar al niño, tú serás el primero en hacerlo, así que anda, cogetelo.

Lee se removió y trató de decir algo aunque no podía hablar por la venda sobre sus labios.

-No haré tal cosa, ¡Desgraciados cuando tenga las manos sobre ustedes los haré pedazos!

El jefe de los renegados tomó un kunai y cortó a Lee en el brazo.

-La próxima cortada será en su cuello sino comienzas de una ves.

Gai entró en pánico y asintió ligeramente, las lágrimas salieron de sus ojos con gran pena y dolor.

-Lee, lo lamento.

Gai bajó un poco sus pantalones, y se agachó más para poder tocarse sin que las cadenas que lo retienen le incomode.

Una ves que tuvo una erección un poco mejor que mediocre dejó de tocarse.

-Adelante, te estamos esperando.

Gai no se movió, se negaba rotundamente.

-No lo haré, matenme si quieren.

-Ese es el chiste señor bestia verde, no los mataremos, no a ambos por lo menos, de hecho si lo haces los dejaremos ir a ambos ¿Es un buen trato no?

Gai aún así no se movió, por lo que los renegados lo empujaron hacia adelante y los tres pusieron kunais sobre Lee.

-Comienza en este instante o se muere.

Gai miró la determinación en esos malvados ojos y asintió mientras que Lee solo miraba hacia el frente sin saber que pensar, sin poder hacer nada.

Gai se colocó en su entrada y fue entrando de a poco, comenzó a moverse lentamente mientras escuchaba las quejas dolorosas de Lee.

-¡Más rápido!

El jefe cortó a Lee nuevamente y la sangre comenzó a correr por su brazo.

Gai aceleró mientras rogaba en su mente para ver si podía acabar lo antes posible.

Luego de unos minutos lo que era dolor se convirtió en placer, al menos solo la traición de su cuerpo, porque su mente seguía culpandose por no poder proteger a su discípulo.

Gai se corrió al igual que Lee y salió de el lentamente mientras su corazón se apretaba en sumo arrepentimiento.

-Muy bien, estuvieron de maravilla... -dijo el jefe. -Ahora quitenlo porque es mi turno.

Gai lo miró aterrado pero sintió un golpe en su nuca y todo se volvió oscuro.

Al despertar estaba en la entrada de la aldea, miró hacia todos lados y vió a Lee tirado en el suelo, ambos estaban vestidos con la ropa extra que tenían entre sus cosas.

-¡Lee!

Gai se acercó a Lee y lo removió para despertarlo, Lee fue despertando poco a poco, y en cuanto vió a Gai junto a él lo empujó y se alejó de el asustado.

-¡Aléjese de mi! ¡Tiene idea de todo lo que me hicieron!

-Pero... Lee... Ibas a morir.

-Hubiera preferido eso.

Lee comenzó a caminar con dificultad mientras lloraba, Gai no quiso seguirlo ¿Que le diría? ¿Con que palabras se disculparia? ¿Como podría remediarlo?

Ships Raros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora