7-Iruka & Kankuro.

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Sensei de dia,
Stripper de noche.







No era la primera ves que Kankuro se escapaba a las fronteras del país del fuego para ir a su bar favorito, así que al llegar alguno de los empleados lo saludaron.

Eran tan frecuentes sus idas y tan llamativa su presencia que simplemente todo el mundo lo conocía y eso a el no le importaba.

Era un bar gay, por lo que los bailarines, stripper y meseros eran hombres.

Kankuro se sentó en su lugar favorito y ordenó un trago mientras esperaba la sorpresa que tanto habían anunciado.

El anuncio de la nueva inquisición había llegado hasta su aldea por lo que emocionado se dispuso a viajar al bar.

-Señor Kankuro que bueno que pudo venir, no podía hacer esta presentación sin mi mejor cliente. -Dijo el dueño del lugar.

-Espero que valga la pena, dejé de hacer mis responsabilidades por estar aquí.

-La presentación será buena pero lamento informarle que el bailarín no prestará sus servicios.

-¿Ah no?

-No por un pago al menos.

-Mmmm eso ya lo veremos.

-Bien, disfrute la función.

Kankuro tomó de su vaso y miró como comenzaba la presentación.

Las luces se apagaron y se encendieron algunas de colores por encima del escenario.

Un Stripper enmascarado apareció y comenzó a bailar como nunca nadie lo había hecho en la historia de aquel viejo bar.

Sus movimientos y casi completa desnudez volvieron locos al público incluyendo a Kankuro.

Era perfecto. Su piel morena y delgada, el suave mover de cada músculo, era maravilloso.

-Que no presta sus servicios ¡Ja! Hoy te vas conmigo bailarín.

La presentación acabó y todos aplaudieron emocionados, lo comenzaron a rodear y este logró escapar hasta irse a la segunda planta del bar en donde están las habitaciones.

Kankuro subió y logró alcanzarlo antes de que entrara. Con su jutsu de controlar títeres lo retuvo y caminó hacia el.

-Así que... No prestas tus servicio.

El bailarín lo miró y trató de forsejar el agarre, lo cual es imposible.

-Sueltame.

-No, primero quiero que me escuches ¿cuánto quieres para pasar la noche conmigo?

-No quiero nada, dejé bien en claro que sólo iba a bailar.

Kankuro lo miró unos segundos y controló su mano para que el mismo se fuera quitando la máscara.

-Veamos quien se oculta debajo de ese hermoso cuerpo.

La máscara calló más rápido de lo que esperaba y Kankuro casi pierde el control del jutsu al ver quien era.

-Tu... ¿No eres el sensei que hizo de padre de Naruto en su boda?

-Y-Yo... No.

-¡Si lo eres! Fuiste mi guía cuando traje aspirantes a chunin de mi aldea.

El bailarín lo miró y suspiró cansado.

-Si, lo soy, soy Iruka.

Kankuro entró a la habitación y lo entró consigo.

-¡Asi que de día eres un santo pero de noche...!

-¡Y que! ¡No eres quien para juzgarme! ¡y ya sueltame!

-¿Soltarte? No, no, no, tu y yo tendremos sexo.

-¡Ya dije que no!

-Pues le diré a todo el mundo quien eres, yo no tengo nada que perder.

-¿Me estas chantajeando?

-¡Siii! Exactamente eso, no serás director, y no creo que tampoco te dejen ser sensei nunca más.

-No lo digas por favor.

-Pues ya sabes que hacer.

-Eres un...

Kankuro lo atrajo hacia el y lo besó.

Iruka hizo una mueca de asco y Kankuro sonrió, hizo que cayera de rodillas y tomó su cuello para acercarlo a sus pantalones.

-Desabrochalo.

-No, no haré lo que quieras sólo por una simple amenaza.

-¿Simple amenaza? ¿Crees que tengo algo que perder? ¿O crees que no tengo el valor de hacerlo? Ay sensei, que mal estas.

-¡Eres detestable!

-Si. Lo sé.

Kankuro se bajó los pantalones y liberó a Iruka de su jutsu.

-No lo haré.

-Mmmm ¿Enserio?

Kankuro acercó su rostro y acarició sus labios, deslizó sus manos a su cicatriz, sus mejillas y las pequeñas arrugas que la edad habían provocado.

Iruka relajó sus hombros por el suave toque y Kankuro aprovechó para hacerlo devorar su miembro.

Lo entró en su boca y lo sujetó con fuerza para que no pudiera escapar.

Soltó su cabellera negra y fue entrando más en el.

Iruka no se dió cuenta en que momento Kankuro lo había dejando de obligar, en que momento era por su propia voluntad que estaba deborandolo.

Lo sacó de su boca antes de que se corriera y miró a Kankuro con los ojos llorosos.

-Promete que no le dirás a nadie.

-No lo haré, te lo prometo.

Iruka se quedó así mismo de rodillas y se giró para quedar de espaldas hacia el, dándole una vista perfecta de su trasero.

Kankuro quitó la ropa que cubría su hermoso culo y lo preparó para recibirlo.

-En realidad tenía planeado que bailaras para mi, pero esto es mejor.

Kankuro entró en Iruka y este ahogó un grito de placer.

-N-No puedo c-creerlo. Lo estoy ha-ciendo con un niño.

-¿Niño? ¿Yo? Jajaja ya verás que no.

Ambos continuaron hasta quedar completamente satisfechos.

Kankuro prometió no decirle a nadie nada, aunque en relidad nunca estuvo dispuesto a hacerlo realmente, y Iruka continuó bailando en aquel bar, teniendo como único cliente de sus servicios personales al sexy hermano del kasekage.

Ships Raros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora