Las tres de la mañana, la oscuridad de su habitación lo abrazaba y el sonido de las gotas lo arrullaba, pero sus pensamientos no lo dejaban descansar. Su cuerpo se encontraba horizontal en una cama, pero su cabeza volaba por todo el mundo, entre el tiempo, entre recuerdo, entre sucesos. Buscaba respuestas a sus inquietudes pero le era imposible encontrarlas. Llegadas las cuatro de la mañana sucumbió ante el sueño.
Esta vez estaba solo, en un lugar oscuro, sentado, como niño que jugaba con tierra, un inmenso ser giraba en torno a él. Esta vez era diferente, pues su mente pensarosa no lo dejaba sentir el temor, estaba más concentrado en sus dudas que en su entorno. Aquel ser acechaba, como si solo esperara una señal para devorar a su presa. En lugar de eso, hablaba con su voz de trueno, mientras seguía girando a su alrededor.
Lobo: Ambos queremos respuestas... ambos queremos justicia... ambos queremos luchar... ¡Yo estoy aquí!
Con un aullido hacia Chris alzarse del suelo y verlo a la cara, el aliento helado de ese enorme lobo recorría el cuerpo completo de Chris, el cual, al fin pudo soltar unas palabras a este ser.
Chris: ¿Quién eres?
Lobo: Yo soy tú... y tú eres yo...
Chris: ¿Quiénes somos?
Lobo: Somos, lo que somos...
Antes de Que Chris lograra formular una palabra más, aquel animal arremetía con sus fauces y devoraba a Chris.
Él despertaba, con el corazón acelerado, pero de una forma más calmada que otras veces. Miraba a su izquierda y en una mesa lograba ver el motivo que lo había tenido pensando toda la noche. Esa fotografía, tan vieja que había perdido sus colores, arrugada y amarillenta, pero en ella se lograban ver a dos niños, dos niños que parecían estar felices el uno con el otro. Pero ¿porqué no podía recordar eso? ¿Porque jamás había pensado en esa fotografía hasta que vio a aquel ser? ¿Cómo sabía dónde estaba? Quizá ¿él la había escondido hace mucho? De repente, rompiendo con su globo de duda se escuchaban voz.Abuela: Chris, ¿estás despierto? Baja, el desayuno está listo.
Chris metía en su bolsillo la fotografía, pasaba al baño a cepillar sus dientes y luego descendía para desayunar.
Chris: Buenos días abuela.
Abuela: Chris, ¿Te cepillaste los dientes?
Chris: Am... ¿sí?
Abuela: Te he dicho que creo que sería mejor cepillarse luego del desayuno, así limpiarías los restos de comida también.
Chris: A... si, si, solo es que siento que la comida no me sabe igual si no me he cepillado los dientes primero.
Ambos se sentaban a la mesa. Chris daba pequeños bocados y luego se ponía a jugar con la comida, su mirada parecía perdida, fijada en un solo punto, como si fuera a enloquecer.
Su abuela notó la anomalía de su comportamiento, pues ese no era el Chris que se levantaba enérgico por las mañana y dejaba limpia la mesa en cinco minutos.Abuela: ¿Pasa algo, hijo?
Chris: ¿Ah? No, no, no es nada, descuida.
Abuela: Te vez muy pensativo, ¿te paso algo ayer con tu amiga? Llegaste tarde, ni siquiera me di cuenta a qué hora.
Chris: No, con ella todo salió bien, solo vimos una película y luego caminamos un rato juntos. Y si, ayer que llegué estaba dormida en el sillón.
Abuela: Bueno, está bien, sabes que si te pasa algo, cualquier cosa, puedes decírmelo, yo te ayudaré en lo que pueda.
Chris: ¿En serio? Entonces quiero saber algo...
Chris se levantaba de la mesa y buscaba en uno de sus bolsillos, sacando la fotografía y mostrándosela a su abuela.
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Los Siete Elementos: Nacido Del Rayo
FantasyHace años las siete bestias elementales fueron desatadas y descontroladas en el mundo, para poder contenerlas, los maestros de los diferentes elementos unieron sus fuerzas y lograron sellar una por una, pero este sello solo duraría cinco años. La ún...