Uno

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Una semana.

Sólo había pasado una semana desde que él se había ido y todo parecía derrumbarse a su alrededor. Incluso Wei WuXian estaba demasiado callado. No lo culpaba, había sido tan abrupta su partida que incluso a Jin Ling le costaba trabajo procesarlo. 

Ese día su padre tomó su mano, como si tratara de brindarle las fuerzas que necesitaba en el momento pero, es que era más complicado que eso. Si el dolor pudiera desaparecer con un apretón de manos, el mundo entero estaría curado desde hacía millones de años. 

Pero no era el caso.

La muerte de Lan SiZhui había sido tan dolorosa y tan inexplicable. Nadie lo creía, ni Lan Wangji aún teniendo el cuerpo de su hijo frente a sus ojos. Ni Wei WuXian que se había aferrado a su cuerpo llorando y rogando por no ser separado de él. 

Todos luchaban su propia batalla, cada uno sobrellevándolo de maneras diferentes. 

Pero Jin Ling no.

Su cerebro no le había dado la oportunidad de procesarlo correctamente, ni siquiera en el funeral donde había escuchado a sus amigos llorar, a sus tíos. A la familia de Yuan. 

Y es que sólo estaba cruzando la calle, en verdad. Había perdido toda su vida, un futuro brillante y hermoso, una vida llena de placeres y oportunidades abiertas por donde sea que se dirigiera, a manos de un conductor imprudente al cruzarse un alto en la esquina de la universidad. 

Lan SiZhui de tan solo veintidós años de edad, cursando su tercer año en la facultad de arquitectura, había perdido la vida a manos de un total desconocido que huyó de la escena cuando la oportunidad se brindó. 

Y Jin RuLan de diecinueve años, en su tercer semestre de negocios internacionales, todavía no se lo podía creer.




AlexG.

Peonías Con Olor A Tristeza [MDZS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora