Capítulo 3

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Nota del autor:  Por si hay alguna duda, este capitulo empieza desde que termina el primero

Nota del autor x2: Me perdono por tardar tanto en el capitulo. Sorry, de verdad.

Crystal

Me incorpore en la cama.

Mi corazón latía fuerte y mis manos se aferraban a la sabana. Cuando me tranquilicé y volví a apoyar mi cabeza en la almohada, esta estaba húmeda. De alguna forma, había logrado dormir, y había llorado en sueños. Trate recordar que había pasado en ellos, que me había hecho llorar, pero solo tenía algunos vagos recuerdos. Sonrisas, juegos, niños jugando, pero no  lograba ver sus rostros. El vacío abrazándome y protegiéndome de todo lo real, impidiéndome acercarme a mi familia. Y mi familia lloraba. Y yo no podía hacer nada.

La habitación escaseaba de ventanas. Lo único que la iluminaba era una lámpara que colgaba en el centro del techo. Esta lucia tenue, pero no había ningún botón para regularla, de hecho, no había ninguno para prenderla y apagarla.

Gire mi cabeza. Ahora, en la mesita de luz, había un reloj-despertador, que marcaban que eran las 7:30 de la mañana. Corrí suavemente mis sabanas, intentando no hacer mucho ruido, no quería despertar a nadie. Pero cuando me pare, la luz se encendió completamente, y note que no había nadie en las camas. Confundida, me dirigí hacia la puerta. Mire a diferentes direcciones, pero no había nadie. Gire a la derecha, recorriendo el pasillo. Pero luego recordé de que seguramente no me veía bien, así que volví a la habitación, tome una toalla, una camisa a cuadrille roja, un pantalón negro y ropa interior. Volví a salir por el pasillo, y camine por unos minutos ¿Cómo no había indicaciones para los que no conocían el lugar? Tenía que llegar al baño, pero no tenía ni idea de cómo se llegaba. En uno de los pasillos – Que era irritablemente igual que los demás – encontré a un grupo que reía y se hacían bromas entre sí. Me acerque, lentamente. Aún seguía algo dormida.

-Hey, ¿Alguien podría mostrarme donde está el baño? – Comente. Un par se dieron la vuelta y yo levante mi mano en forma de saludo, pero volvieron a apartar su mirada - ¿Por favor?

Unas chicas se dieron vuelta y me miraron como si fuera un extraterrestre. Realmente no estaba de humor, y pensaba que si decían algo sobre mí, iba a romperles la cara. Pero solo volvieron la cabeza a su grupo y todos se rieron, esta vez, mas sonoramente.

-¿Saben qué? Váyanse a la mierda – Y seguí caminando, pasándolos.

Una mano sostuvo mi hombro deteniéndome. Me gire, y uno de los estúpidos estaba sonriéndome. No logre ver su puño, pero, bueno, en algún punto si lo sentí. Me fui para atrás por el impacto. Mi nariz dolía. Me lleve los dedos hacia ella y comprobé que estaba sangrando. Levante la vista, furiosa, hacia el estúpido que me había golpeado, pero él ya estaba riendo y golpeando los puños con sus compañeros. Se volvió a mí.

-Oye, deberías saber que… - Pero no lo deje terminar lo que estaba diciendo.

Lo agarre de su camiseta, llevándolo a la pared más cercana. Su cara estaba inundada de sorpresa y terror, y me hubiera reído en ese mismo momento, pero estaba ocupada, llevando mi rodilla a su entrepierna. Se quejó y agacho su cara. Lo bueno, era que todos sus amiguitos estaban tan sorprendidos como el, por lo que no me iban a molestar. Tome la cara del chico.

-Puedo hacer lo que se me canta el culo ¿Correcto? – Le dije, sonriendo.

-¿Siempre sos a si? Por dios, mujer, tu novio debe tener las bolas de acero, literalmente. Bueno, si es que tenes.

Ya, ya se había metido por un camino peligroso.

Impulse mi cabeza hacia atrás y lo golpee en la cara. Su nariz sangraba, y debo decir que me sentía algo satisfecha. Me aleje solo un poco de él.

The Deadly HuntDonde viven las historias. Descúbrelo ahora