Jaden
Tenía que decidir rápido. Aaron me había mandado un mensaje. En el solo decía “24 Horas”. Por lo que logre entender, se trataba de que solo tenía horas para decidir. Sid me había ayudado mucho. Luego de la charla, ambos fuimos a desayunar. Todo estaba igual que siempre, todos callados, con la mirada en sus platos, sin emitir ni un solo ruido. Pero, esta vez fue distinto para mí, ya que había fe, en donde antes no. Aunque, seguía con miedo. No quería dejarlos, a nadie. Ya era demasiado doloroso el hecho de haber perdido a Crystal. No quiera abandonarlos.
Después de la comida, volví a dirigirme a mi cuarto. Me senté en el medio de la cama y lleve mis rodillas a mi pecho. Hundí la cabeza en ellas, y no note cuando caí dormido.
El sueño comenzó en el mismo lugar en el que estaba. Pero yo solo lograba ver todo desde fuera. Ya no estaba dentro de mi cuerpo. Solo estaba la cama. Y donde tendrían que estar las paredes, solo había oscuridad. Yo estaba en la misma posición, con la cabeza entre las piernas.
Una luz comenzó a parpadear a lo lejos, hasta que se prendió. Un solo foco iluminando solo un pedazo, solo una silueta. No llegue a verla, era esbelta y cada paso que daba, era completamente elegante y delicado. Pero aun así, no lograba diferenciar si era un hombre o una mujer. El individuo siguió caminando, con un ritmo constante y con los marcados repiqueteos. Obviamente, ese sonido solo era digno de un tacón, por lo que supuse que era una mujer. Cuando salió de la luz, otro foco se ilumino, pero aun no podía ver su rostro, ya que una manta descansaba sobre ella, tapando desde su cabeza hasta sus pies, y se arrastraba por el piso. Las luces siguieron prendiéndose. Y cuando ya estaba al borde de la cama, no se prendió la última, si no que todas comenzaron a apagarse, una por una, de la misma forma en la que se habían encendido. La mujer estiro una pierna, con los mismos suaves movimientos, como si todo estuviera calculado, y se apoyó en la cama. Entonces, alargo un brazo hasta tocarme el hombro, y con el mínimo roce, todo el lugar estallo en una luz cegadora. Pero ahora, volvía estar en mi cuerpo, alzando la cabeza, y mirando, confundido a la figura frente mío. Aun no lograba verla, con los ojos borrosos por el sueño y la oscuridad que escondía sus rasgos, era algo imposible. Entonces, elevo sus manos en una expresión dramática, y tomo las puntas de la capucha. Comenzó a elevarla suavemente y después la corrió de un tirón. Y entonces, solo cuando vi su rostro, su indudablemente conocido rostro en una perfecta sonrisa, su expresión cambio, en una horrible mueca de miedo. Quise moverme, pero cuando baje la cabeza, unas cadenas se extendían desde mi espalda hasta mis piernas, dejándome inmovilizado. Trate de moverme, desesperado, pero las cadenas no cedían, si no que se apretaban cada vez más. Levante la vista y mantuve la vista en ella. Entonces, un gemido salió de sus labios y una cuchilla de su estómago. Su boca se mantenía abierta, y una sola lagrima salto de uno de sus ojos. Rodeo la cuchilla con sus manos y cuando fue retirada, se dobló y callo hacia un lado, muerta. No había nadie detrás de ella, nadie quien le haya clavado la cuchilla. Y su sangre ya manchaba el blanco piso. Logre moverme, las cadenas ya no estaban. Salí rápidamente de la cama, y me agache a su lado. Tome su hombro y la gire, su rostro aún estaba formando una mueca de pánico, pero sus ojos no mostraban ninguna expresión, estaban simplemente vacíos.
Mi Crystal, probablemente, muerta.
Entonces, se escuchó un disparo. Y un dolor agudo se creó en mi pecho, extendiéndose cada vez más y más. Entonces baje mi vista y una mancha crecía sobre mi camiseta. La mancha era color escarlata, sangre.
La vista comenzó a nublarse en mis costados y caí sobre el cuerpo de Crystal.
Me levante, con las mejillas mojadas y el corazón latiendo muy rápido. Seguía en la misma posición y en el mismo lugar.
Tenía que ir tras Crystal.
Eso lo sabía. Pero tenía que comentárselo a todos, ya que Aaron necesitaba que le confirme.
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The Deadly Hunt
Action“Azul por el humo y como el viento sopla de la misma forma en la que lo hace la vida Rojo por el fuego de pasión que nunca se apagara. Esa llama infinita en nuestras almas. Sangre por los sacrificios que tuvimos que cometer para estar en donde esta...