• Día Tres •

663 50 9
                                    

Aruannie Week 2021
Día jueves
Tema: Flores

El escrito es de mi completa autoría, prohibida su copia o adaptación sin mi permiso y su resubirlas en otra plataforma sin mi permiso.

∙── ∙ 🌻 ∙ ──∙
El chico de la floristería
∙── ∙ 🌻 ∙ ──∙

Se pasó un mechón de cabello rubio por la oreja, despejando su vista solo un poco mas, obligando a sus ojos a pasaearse por el casillero casi de forma insistente, buscando algo en específico.

—Yo lo habia dejado aquí... — murmuró con el ceño fruncido

El casillero se cerró de manera abrupta, alcanzó a apartarse justo a tiempo. Con rapidez dirigió su mirada a la castaña que sonreía con sutileza hacia su persona.

Oh no, esa sonrisa no le gustaba para nada.

—Annie cariño... —

—¿Qué quieres, Hitch? —

La chica sonrió con falsa inocencia, moviendo sus pies de forma que su cuerpo se balanceara hacia delante y hacia atrás, sus ojos viajaron a los suyos y vió un poco de ¿vergüenza? En ellos. Podría apostar que, detras de su espalda, sus dedos jugueteaban nerviosamente.

Ahí fue cuando lo descubrió. Tenia que ver con él.

—Ni lo pienses. — cortó cuando la joven por fin se dignó en abrir la boca

—Ni siquiera sabes lo que te iba a pedir. — refuto ella

—Sé que tiene que ver con ese chico, ¿no? ¿Cómo se llamaba? El que trabaja en la floristería; Marlo. — la castaña se sonrojó y desvió la mirada —Olvídalo. —

—¡Pero! ¡Annie! — alargó la última vocal —¡Por favor! — repitió el acto

—No. — sentenció. Volvió a abrir su casillero y rebusco con la mano para encontrar su encendedor

—Vamos, nena. No te pido mucho. Solo quiero saber si al menos es hetero. — siguió insistiendo

Frunció el entrecejo, rodó los ojos y se plantó frente a su amiga, la miro a los ojos y vió un inusual brillo en ellos. Quería decir que no nuevamente, que no iba a perder su tiempo con porquerías como esa, pero decidió no hacerlo.

—Dame la maldita dirección. —


Sus ojos avellana miraron las claveles amarillas con tierno cariño, acarició los pétalos con la punta de los dedos y sonrió al sentir el toque gentil contra sus yemas.

La cantanilla tintinó y volvió en sí, esbozó una sonrisa aun mas grande y dirigió la posición de su cuerpo a la entrada, donde una rubia lo miraba de manera frívola.

—¡Buenas tardes! — saludó cordialmente —¿Que tipos de flores requiere? —

La rubia caminó con parsimonia hasta el mostrador, él sin quitar la sonrisa tranquila. Sin embargo comenzaba a ponerlo nervioso el hecho de que esa joven no dijera nada y se dedicara a mirarlo sin más. Su mirada azulada era como una flecha puntiaguda que se clavaba en él, como si estuviera intentando decifrar algo sobre él, cosa le ponia nervioso de sobremanera. Parecia concentrada pero indiferente, era extraño, ella era extraña.

ARUANNIE WEEK 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora