悲劇 :: ˓𓄹 ࣪˖ ❛ 𝗅𝖺 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒏𝒐 𝖽𝖾𝖻𝖾 𝖾𝗌𝗍𝖺𝗋 𝒆𝒙𝒆𝒏𝒕𝒂 𝖽𝖾 𝒅𝒐𝒍𝒐𝒓 ❜
Eros Läckberg solo pudo pensar en su propia vida, tan trágica pero a le vez tan cómica, la muerte se había burlado de él en incontables veces que había...
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📍Año 844, instalaciones de la Legión de Reconocimiento.
Todos en la legión podían atestiguar del gran interés que Eros Läckberg poseía en aquel trío de ladrones, especialmente en cierto enano de mirada odiosa. Rachel los entrenaba como prometió y los hacía sufrir como dictaminó, ella empezaba a ver ese potencial que Erwin veía en ellos, pero también lograba ver que si salían a una expedición con los escasos conocimientos y el poco entrenamiento, morirían.
Por otro lado, Levi era conocedor del interés que Eros tenía en él. Eros no se preocupaba en disimular cada mirada, ni se inmutaba cuando era sorprendido por Levi.
Eros quería que supiese que su interés ahora estaba centrado meramente en él, que lo admiraría hasta que la muerte —su enemiga número uno– se llevara a uno primero.
—¿Me estás prestando atención, Eros? No, qué va, ahora todo es Levi, Levi por allá, Levi por acá. —farfulló indignado Damian.
Damian sin lugar para dudas, era el más afectado con la llegada de ese trío, ¿por qué? Porque anteriormente, él era el centro de atención de Eros. Su cabello peculiar y las pocas y a penas visibles pecas en sus mejillas eran lo que había atrapado por completo a Eros.
¿Qué había atrapado esta vez al joven Läckberg? Sencillo, que Levi lo iba a llevar a su tan anhelada y esperada muerte sin siquiera titubear. No dudó ni se echó para atrás cuando se lo pidió, de no haber sido por Erwin, Eros ya estaría muerto y enterrado tres metros bajo tierra.
Aunque mentiría si no dijera que la extraña forma de ser de Levi lo atrapaba, poseía un brillo único que al parecer solo él, el mismísimo Eros, era capaz de ver, nadie más.
—Pequeño Damian, ¿acaso estás celoso? —cuestiona con cierta diversión instalada en su voz.
—¿Celoso yo? ¿De ese enano?
—Es un poco curioso que lo llames enano cuando miden exactamente lo mismo, cariño.
Cariño.
Esa palabra retumbó en los oídos del de cabellos anaranjados. Desvió entonces su mirar, evitando que los orbes marrones de Eros notaran su visible sonrojo, y es que, no podía evitarlo. Él lo había amado tal y como era, y Damian ama a Eros con todo y sus instintos suicidas.
No trató de cambiarlo, solo entenderlo. Entender sus razones y ayudarlo cuanto pudiese, no se entrometió hasta donde Eros le permitió y respetó eso. Eros por otro lado, lo sacó de la basura en la que se había metido y le dió un motivo para vivir. Le dio una familia en la cual apoyarse.
