XXX.- Say Yes To Heaven

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El tren avanza en parsimonia, cada localidad asemeja a un cuadro lejano y, las nubes de tormenta parecieran lejanas al firmamento de los amantes.

—Naruto-kun fue de gran ayuda. — Exhala la joven, a quién todavía le remuerde la conciencia por la nariz rota del muchacho y, también porque es probable que debido a su imprudente plan el equipo de Konoha no lograse el primer lugar del campeonato—. ¿Crees que nuestras familias la tomen en su contra?

—Ajá. — El morocho se acomoda el parche de su ojo derecho, pensando en cómo Kushina y Minato se encargarán de defender a su vástago.

La azabache sonríe con cierta melancolía, antes de recargarse en el hombro de su pareja mientras ambos yacen en el suelo de aquél vagón de carga. Un tren de entrega especial que sólo pasa dos veces al año por Kirigakure, antes de perderse en las nubladas montañas alrededor de la localidad; un hecho que sólo es conocido por unos cuantos, como Itachi.

Y es que uno de sus finados compañeros de vigilia fue oriundo de aquella aldea, la cual —gracias a la "abuela" de cierto rubiete— fue elegida como sede de la final de béisbol.

—Cuatro meses. — El muchacho exhala, porque aquél periodo de tiempo les resultó tan breve y tenso que ni siquiera tuvo que fingir frustración.

—Mi cumpleaños es en veintinueve días. — Contabiliza la chica, a quién la ansiedad continúa brindándole escalofríos—. Estoy segura que lo lograremos, porque la suerte está de nuestro lado. — Claudica y, su amargado esposo no puede rebatir tal juicio dado que los preparativos para su escape fueron guiados más por la fortuna que por la planeación.

Ambos permanecen en silencio.

Agradable insonoridad, tras días y días de bullicio a su alrededor; de Naruto, Itachi y Neji sugiriendo escondites y vías de escape para los tortolitos prófugos.

—Tenemos que bajar. — Indica el azabache, una vez que avistó con su único ojo bueno el portón de bienvenida a uno de los parajes más turísticos del país.

Y, es que esconderse en las sombras no una opción.

—Estoy lista.

La mano de Hyuga tiembla, incluso si aprehende con fuerza la de su acompañante y, salta con decisión hacia el camino, vacilando ante el primer paso y evitando caer, gracias a la natural agilidad del Uchiha. Él mantiene el temple, pese a las dos mochilas en su espalda y el cargamento de fideos instantáneos en su otra mano, un regalo de despedida de su mejor amigo.

El padrino de su apresurado enlace nupcial antes de partir a la aventura; la aventura de la independencia, la adultez.

Y, Hinata vira la cabeza y alza el rostro, con el corto cabello a los hombros y la sonrisa a flor de piel ante el incierto futuro y, Sasuke la besa —una vez más—, como también lo hará cada mañana de ahora en adelante y, también, cada noche cuando los largos días finiquiten y él recuerde la ventura que es tener a alguien con quien compartir la vida.

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¡Gracias por leer hasta el final!

Las bodas civiles en Japón son realmente sencillas, simplemente llevas tus papeles y los depositas en el buzón indicado y bam, ya puedes considerarte casado.

Queda bastante con su cultura, la cual prioriza otros asuntos como el trabajo y... y el trabajo, en lugar del amor, pfft. Por cierto, la edad legal suele ser de dieciséis para las chicas y dieciocho para los chicos, siempre y cuando se encuentre un representante legal de sus familias, quienes en este caso fueron Itachi y Neji.

Y poh sólo faltarían el epilogo :33 —dances—.

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Marriage】

ღ •*°How Lucky We Are | (SasuHina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora